Un periodista, condenado por “usurpación de funciones”, se pudre en los calabozos marroquíes desde hace más de tres años
Organización:
Abderramán El Badraoui, ex director del semanario Al-Moulahid Assiyassi (“El observador político”), encarcelado desde enero de 2002 en la prisión civil de Salé, fue trasladado el 5 de octubre de 2005 a la cárcel de Mohammedia, situada a 150 kilómetros de Rabat, donde reside su familia. Como reacción a la medida, el 7 de octubre inició una huelga de hambre indefinida.
Reporteros sin Fronteras pide la libertad inmediata de Abderramán El Badraoui. “Este periodista, que se volvió molesto tras incriminar a altas personalidades de la policía marroquí padece, desde hace ya varios años, y con pretextos falaces, la venganza de quienes se atrevió a denunciar”, ha declarado la organización.
Contactado por teléfono por Reporteros sin Fronteras, el letrado Abdelsammad Lemrabet, abogado de Abderramán El Badraoui, ha declarado que su encarcelamiento es el resultado de un “atropello judicial”: “A Abderramán El Badraoui le han juzgado dos veces por los mismos hechos, lo que demuestra claramente que hubo un vicio de procedimiento”.
Las condiciones de detención en la cárcel de Mohammedia, cerca de Casablanca, son lamentables: media barra de pan es la ración diaria de los detenidos. Enfermo de la espalda, Abderramán El Badraoui ha tenido que pagar 500 dirhams (46 euros) para comprar su “sitio” en la cárcel. Los presos no pueden conseguir medicinas, ni recibir la visita de un médico. Desde su traslado, al periodista solo le han autorizado poder ver a su esposa durante cinco minutos.
En la cárcel de Salé, el periodista estaba internado con presos de conciencia. En Mohammedia comparte la celda (de 40 metros cuadrados) con 38 presos comunes. Al parecer, la decisión de trasladar a Abderramán El Badraoui a la cárcel de Mohammedia se tomó después de que, desde la cárcel de Salé y con ayuda de algunos amigos del exterior, creara un sitio de Internet, denunciando su encarcelamiento.
Recordatorio de los hechos
A finales de 2001, Abderramán El Badraoui escribió un artículo denunciando la expropiación de una familia francesa de Kénitra (a 40 kilómetros al norte de Rabat), en beneficio de unos notables locales. En esa misma época, el periodista investigó las malversaciones cometidas por algunos cuadros de la policía de Témara (cerca de Rabat). La edición de Al-Moulahid Assiyassi, que incluía los dos artículos, fue secuestrada. El semanario no existe desde enero de 2002, fecha del encarcelamiento de Badraoui.
En 1998, Abderramán El Badraoui fue acusado por Moussa Regragui, uno de los agentes del caso de Kenitra, de “usurpación de funciones”. Tras presentar algunos documentos oficiales, probando que era periodista, cesaron las diligencias del fundador del semanario Al-Moulahid Assiyassi. A pesar de que el tribunal de apelación de Rabat le había declarado inocente, fue de nuevo inculpado, por las misma causa, en enero de 2002. Condenado en primera instancia a cinco años de prisión incondicional, en la apelación la condena quedó reducida a cuatro años.
El fiscal general de Rabat, Hassan Laoufi, ha abierto una investigación sobre la policía judicial de Rabat, a la que acusa de pretender silenciar al periodista. El procedimiento se encuentra todavía en curso.
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20.01.2016