Rumanía puede enorgullecerse de contar con un panorama mediático diverso y relativamente plural, que proporciona un terreno fértil para impactantes investigaciones de interés público. No obstante, la falta de transparencia en la financiación de los medios, especialmente la pública, así como las dificultades del mercado, merman la fiabilidad de la información y la confianza en los medios.
Panorama mediático
Los grandes grupos europeos (Ringier, PPT Group o Dogan Media International) se codean en el mercado rumano con pequeños actores locales (Intact Media Group, RCS&RDS, Hotnews, G4Media, Recorder, Rise Project o PressOne). El panorama mediático es el fiel reflejo de las tendencias mundiales: el número de publicaciones impresas decae, mientras que los medios digitales y las cadenas de radio y televisión experimentan un auge. La elección de los contenidos editoriales se supedita, a menudo, a los intereses de los propietarios, lo que transforma a la prensa en un instrumento de propaganda.
Contexto político
Los medios de comunicación en Rumanía carecen de independencia y son víctimas de intentos de injerencia, especialmente cuando toca designar a los responsables de la radio y la televisión públicas, pero también del Consejo Nacional del Audiovisual. De hecho, este organismo ha bloqueado la información sobre la titularidad de los medios audiovisuales, so pretexto de proteger los datos personales. El nuevo partido nacionalpopulista AUR, cuarta fuerza del parlamento rumano, ha hecho suya la retórica política agresiva contra los periodistas.
Marco legal
La legislación en materia de protección de la libertad de expresión y de prensa se aplica de forma insuficiente, aunque se ajusta a los estándares europeos, también a nivel constitucional. La injerencia de los fiscales en el trabajo periodístico adquiere tintes de acoso y genera serias preocupaciones, mientras que la justicia intenta presionar cada vez más a los medios para que revelen sus fuentes. Las demandas abusivas (SLAPPs) proliferan, y las decisiones judiciales no siempre respetan las normas de la libertad de prensa.
Contexto económico
Los mecanismos de financiación de los medios suelen ser opacos e incluso corruptos. Si bien las grandes empresas mediáticas logran ser autosuficientes, la mayoría de ellas dependen de fuentes externas de financiación, incluidas las subvenciones. El desvío de fondos a los medios sin transparencia alguna es una práctica política muy extendida, que distorsiona tanto el mercado, como la función de control de la prensa.
Contexto sociocultural
El periodismo de interés público tiene que hacer frente a la competencia de noticias engañosas y fake news de algunos medios y políticos, sobre todo en el contexto de la pandemia del virus Covid-19 y, más recientemente, de la guerra en Ucrania. Algunos sectores de población tienden a confiar en esa información falsa, que a veces confluye con la propaganda rusa y alimenta su desconfianza hacia los medios de comunicación.
Seguridad
La seguridad de los periodistas sigue siendo motivo de preocupación: a menudo son objeto de ataques, amenazas e intimidaciones. Existen grandes campañas de difamación, en las que participan actores políticos, que aspiran a desacreditar a los periodistas independientes. La vigilancia también sigue siendo problemática, ya que los servicios de inteligencia tratan de ganar más poder e influencia en el contexto de la guerra en Ucrania.