Clasificación 2024
22/ 180
Puntuación: 78,41
Indicador político
23
74.90
Indicador económico
19
68.98
Indicador legislativo
62
69.11
Indicador social
18
83.03
Indicador de seguridad
3
96.03
Clasificación 2023
19/ 180
Puntuación: 82,15
Indicador político
27
76.88
Indicador económico
16
72.55
Indicador legislativo
67
67.92
Indicador social
2
94.32
Indicador de seguridad
1
99.09

Pese a la pujanza de algunos grupos mediáticos, la reputación de este archipiélago de 218.000 habitantes como modelo regional de la libertad de prensa, ha sufrido, en los últimos años, presiones autoritarias del ex primer ministro.

Panorama mediático

La lucha por la libertad de prensa está encarnada por el Samoa Observer, diario independiente fundado en 1978, que ha tenido que hacer frente en el pasado a un incendio intencionado y a amenazas contra sus periodistas. Habiendo sabido resistir a las presiones, se ha transformado en periódico de referencia y su estatus es la envidia de numerosas redacciones de medios en el Pacífico. Savali, el otro gran periódico del archipiélago, un semanario bilingüe samoano/inglés en manos del Estado, se dedica esencialmente a destacar la labor del gobierno. La principal cadena de televisión es TV1, surgida de la privatización del ente público audiovisual, Samoa Broadcasting Corporation. El grupo Talamua posee, entre otras, la emisora SamoaFM, mientras que la radio nacional 2AP se presenta a sí misma como “la voz de la nación”.

Contexto político

A pesar del funcionamiento democrático del país, un solo partido ha permanecido en el poder durante cuatro décadas, hasta la victoria electoral, en abril de 2021, de la primera ministra Fiamē Naomi Mataʻafa y de su partido, Fe en un Dios Único de Samoa (Faʻatuatua i le Atua Samoa ua Tasi, FAST). El Partido de la Protección de los Derechos Humanos (HRPP), que gobernaba desde 1982, perdió las últimas elecciones en parte por su voluntad de reformar el derecho consuetudinario y el marco constitucional, lo que habría podido amenazar a la libertad de prensa, que sigue, no obstante, siendo cuestionada por una parte de la clase política.

Marco legal

En 2013, las autoridades abolieron la ley que penaba la difamación, lo que había suscitado esperanzas de cambio. Fue en vano: el parlamento restableció el delito en diciembre de 2017, cediendo a la presión del primer ministro Tuila’epa Sailele Malielegaoi, que quería poder atacar a cualquier periodista que se atreviese a criticar a los miembros del gobierno. Los profesionales no disponen de ninguna garantía que les permita acceder a informaciones de interés público, una carencia que se ha puesto especialmente de manifiesto durante dos crisis sanitarias: una  grave epidemia de sarampión en 2019, y la pandemia de Covid-19, en 2020-2021. En ambos casos, el gobierno se ha negado a poner información a disposición de los medios y a someterse regularmente al control de los periodistas.

Contexto económico

Los medios públicos y privados cohabitan, cada uno con sus fuentes de financiación. Cualesquiera que sean, su salud económica sigue siendo frágil, lo que puede traducirse en despidos de personal, en caso de crisis, como sucedió durante la pandemia de coronavirus.

Contexto sociocultural

El 98% de la sociedad samoana es cristiana. Las iglesias protestante y católica tienen una fuerte presencia en los medios. Esta tendencia se ha acentuado considerablemente desde 2017, cuando Samoa consagró al cristianismo como religión de Estado en el preámbulo de su Constitución. De hecho, varios temas están excluidos del debate público, como la violencia de género, la representación en la sociedad de la homosexualidad o la cuestión del aborto. La llegada al poder del partido FAST en 2021 no ha hecho sino confirmar estos tabúes.

Seguridad

La Asociación de Periodistas de las islas Samoa (JAWS) es el principal grupo de defensa de la libertad de prensa del país. En 2020, el primer ministro Tuila’epa amenazó con prohibir Facebook, por la publicación de contenidos periodísticos que no fueron de su agrado, y demandó personalmente por difamación a un bloguero. En mayo de 2023, la presidenta de JAWS, Lagi Keresoma, advirtió de que, aunque la Constitución de Samoa era clara en cuanto a la libertad de expresión, "esa libertad no significa que se pueda difamar o abusar de los demás". Añadió que la libertad de expresión es un derecho humano que no debe darse por sentado.

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