Clasificación 2024
61/ 180
Puntuación: 65
Indicador político
36
67.15
Indicador económico
32
62.24
Indicador legislativo
28
78.61
Indicador social
39
75.89
Indicador de seguridad
142
41.11
Clasificación 2023
79/ 180
Puntuación: 61,19
Indicador político
65
60.63
Indicador económico
30
63.48
Indicador legislativo
26
80.66
Indicador social
40
80.40
Indicador de seguridad
179
20.78

El conflicto armado desencadenado por Rusia el 24 de febrero de 2022 amenaza la supervivencia de la esfera mediática ucraniana. En esta “guerra de la información”, el país está en primera línea de resistencia contra la expansión del sistema propagandístico del Kremlin.

Panorama mediático

El panorama mediático ucraniano es diverso, pero está mayoritariamente en manos de los oligarcas, que controlan todas las cadenas de televisión nacionales. Desde la invasión rusa de febrero de 2022, el Estado también se ha convertido en un actor mediático central. El sector está sufriendo de lleno el impacto de la agresión rusa, que desestabiliza el trabajo de las redacciones e incluso amenaza su supervivencia económica. En los territorios controlados por Rusia – Crimea, anexionada en 2014, el Donbass y las zonas que ha ocupado el ejército – la prensa ucraniana ha sido reducida al silencio y sustituida por la propaganda del Kremlin.

Contexto político

Ya antes del enfrentamiento armado, la “guerra de la información” con Rusia había creado un clima tóxico en Ucrania: prohibición de los medios considerados pro-Kremlin por decreto presidencial, restricciones de acceso a las redes sociales rusas… Esta contienda informativa se ha intensificado desde la invasión liderada por Moscú. Los medios que se hacen eco de la propaganda rusa han sido bloqueados, mientras que el ejército ruso apunta deliberadamente a periodistas, medios e infraestructuras de telecomunicaciones para impedir a la población ucraniana acceder a una información independiente.

Marco legal

Desde la revolución del Maidán, en 2014, el país ha ido adoptando una serie de leyes sobre la transparencia de los medios, el acceso a la información y la protección de los periodistas. La creación del grupo audiovisual público independiente Suspilne, en 2017, ha sido una de las reformas más significativas. La aprobación, tras años de elaboración, de una nueva ley de medios, a finales de 2022, ha permitido la armonización del marco normativo de Ucrania con la legislación europea. La aplicación de la ley marcial se traduce, a veces, en restricciones al trabajo informativo de los periodistas, especialmente en las zonas del frente.

Contexto económico

La agresión rusa ha debilitado la economía e infligido a los medios importantes pérdidas de suscriptores y anunciantes. Sumada a otras consecuencias de la guerra, como las destrucciones, la ruptura de las cadenas de suministro y el exilio forzoso de los empleados, esta situación amenaza la supervivencia de un gran número de medios ucranianos. Varios centenares de ellos ya han tenido que cerrar, otros están reduciendo su actividad y poniendo a sus empleados en paro técnico sin salario. Los medios locales y la prensa en papel siguen siendo los más vulnerables a estos retos. 

Contexto sociocultural

La guerra ha cambiado radicalmente el trabajo de los periodistas y los temas que cubren. Con los ataques rusos en todo el país, todos se han convertido de facto en reporteros de guerra. No obstante, y a pesar de ciertas presiones, la prensa ucraniana sigue abordando temas sociales y desempeñando su papel fundamental en la denuncia de la corrupción que afecta a las élites del país. Sin embargo, las desigualdades entre hombres y mujeres en el seno de los medios siguen siendo un problema no resuelto, especialmente cuando se trata de recabar la opinión de personas expertas en determinados temas; un problema que se ha acentuado desde la invasión rusa.

Seguridad

Desde la invasión de Ucrania por Rusia, a finales de febrero de 2022, la seguridad de los periodistas está más amenazada que nunca. A menudo, los reporteros ucranianos son blanco deliberado de disparos, a pesar de estar identificados como “prensa”, y la lista de muertos o heridos, así como de las redacciones parcialmente destruídas por bombardeos aéreos, no deja de aumentar. Antes de la guerra, los periodistas podían ser objeto de agresiones físicas, especialmente en el transcurso de manifestaciones. Por último, los ciberataques, los atentados contra el secreto de las fuentes y las restricciones de acceso a la información también suscitan preocupación.