Si bien la mayoría de los grandes medios estadounidenses operan, en general, libres de cualquier injerencia gubernamental, su propiedad está muy concentrada y muchas de las empresas que los adquieren parecen favorecer los beneficios en detrimento del periodismo de interés público.  En un panorama mediático global y diversificado, las informaciones locales se han reducido considerablemente a lo largo de los últimos años. El creciente interés por los medios partidistas amenaza la objetividad, mientras que la confianza de la ciudadanía en la prensa ha caído peligrosamente.

Tras cuatro años de denigración constante de la prensa por parte del presidente Donald Trump, su sucesor, Joe Biden, se ha posicionado al afirmar: "El periodismo no es un delito". A pesar de esta retórica, muchos problemas subyacentes y recurrentes que afectan a los periodistas siguen sin resolverse. El propio Joe Biden ha sido criticado por no presionar a socios estadounidenses como Israel y Arabia Saudí en materia de libertad de prensa.

Existen cada vez más presiones para que se revise la histórica sentencia New York Times Co. vs Sullivan, que protege en gran medida a los medios de las demandas por difamación. En cuanto a la PRESS Act, una ley federal para preservar a los periodistas y sus fuentes, rechazada por un estrecho margen en 2022, sigue siendo debatida en el Senado. El gobierno de Estados Unidos mantiene la demanda de extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, todavía encarcelado en el Reino Unido, para que responda ante la justicia por la publicación, en 2010, de documentos clasificados. Más de una docena de Estados y municipios de EEUU han propuesto o promulgado leyes para restringir el acceso de los periodistas a espacios públicos, con medidas como la prohibición para acceder a reuniones legislativas o para grabar imágenes de la policía.

Los ajustes económicos están teniendo un impacto considerable en los periodistas. Casi un tercio de los periódicos estadounidenses en activo en 2005 ha desaparecido. Mientras algunos medios públicos, especialmente las emisoras de  radio, han amortiguado su declive gracias al modelo de suscripciones online, otros han mantenido su crecimiento gracias a donaciones individuales. Oleadas masivas de despidos han recorrido los medios estadounidenses en 2023 y han proseguido en 2024, afectando a la vez a medios locales y a grandes publicaciones, como el Washington Post, LA Times, Wall Street Journal, Sports Illustrated, NBC News, Vice Media y Vox. En 2023 se perdieron más de 3.000 puestos de trabajo en la industria periodística, la cifra más alta desde 2020, cuando se recortaron más de 16.000 empleos.

Según estudios recientes, los medios estadounidenses son víctimas de una desconfianza sin precedentes. La desinformación que afecta a la sociedad ha creado un clima en el que los ciudadanos ya no saben en quién confiar. El ciberacoso, especialmente dirigido a las mujeres y las minorías, se ha transformado en un auténtico problema para los periodistas, que impacta en su calidad de vida y en su seguridad.

Existe una tendencia cada vez más preocupante hacia el acoso, las intimidaciones y las agresiones cuando los periodistas trabajan sobre el terreno. En septiembre de 2022, Jeff German, periodista de Las Vegas Review murió apuñalado por un político al que estaba investigando. Dylan Lyons, reportero de Spectrum News 13 en Orlando, Florida, fue abatido mientras informaba sobre un tiroteo, en febrero de 2023. Cuando cubren manifestaciones, en ocasiones los periodistas son atacados y agredidos físicamente por los manifestantes. Varios reporteros también han sido detenidos mientras cubrían protestas.