“Condenamos este crimen y exigimos que se lleve a cabo una investigación en profundidad sobre las circunstancias del secuestro y la muerte de tres periodistas y su chofer. Las declaraciones del redactor jefe de Al-Charqia hacen que esa investigación resulte aun más imperiosa ”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Reporteros sin Fronteras se siente entristecida y se subleva ante la muerte de cuatro miembros de un equipo del canal privado Al-Charqia, ocurrida el 13 de septiembre de 2008 en Mosul.
“Condenamos este crimen y exigimos que se lleve a cabo una investigación en profundidad sobre las circunstancias del secuestro y la muerte de tres periodistas y su chofer. Las declaraciones del redactor jefe de Al-Charqia hacen que esa investigación resulte aun más imperiosa ”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Hacia el mediodía (hora local) del 13 de septiembre de 2008 dos hombres armados irrumpieron en la grabación de una serie de programas, que un equipo del canal estaba efectuando en el barrio de al-Zenjili, en el centro de Mosul (a 370 km al norte de Bagdad). Secuestraron a Moussab al-Azzaoui, jefe de la oficina de Mosul e hijo de un diputado, a los camarógrafos Ahmed Salem e Ihab Maad, y a su chofer Qaïdar Souleimane. Sus cuerpos aparecieron, acribillados a balazos, en un barrio vecino.
El programa tenía que emitirse durante el Ramadán, y presentar al canal llevando alimentos y regalos para la comida del final del ayuno, el iftar, a una familia pobre.
Khlalid Abdul Sattar, portavoz de la policía iraquí en la provincia de Nínive- a la que pertenece Mosul- ha declarado que la policía ha detenido a cinco sospechosos.
En cuanto al Primer Ministro iraquí, Nuri Al-Maniki, ordenó el 14 de septiembre la creación de una comisión para investigar el secuestro y la ejecución de los cuatro miembros del equipo.
El canal Al -Charqia manifestó que a los periodistas les han « matado fuerzas oscuras que intentan arruinar la seguridad en Irak y amordazar la libertad de expresión ». Desde Dubai, donde emite el canal, el redactor jefe Ali Wajih ha acusado a la televisión pública Al-Iraqia de llevar a cabo “una campaña de calumnias contra los periodistas que trabajan en Al-Charqia” tras la emisión, hace una semana, de un reportaje sobre la tortura en las cárceles iraquíes. Ha precisado que ese tipo de campañas tienen el objetivo de “presionar a los periodistas que trabajan en medios de comunicación independientes”. Según Ali Wajih, el canal público les había acusado de “herir a los iraquíes”, y tiene “la responsabilidad moral” del crimen.
Ya en 2004 Al-Charqia pagó un gran tributo a la falta de seguridad en el país con la muerte de la periodista Likaa Abdel-Razak, en Bagdad, así como la de su intérprete y el chofer del taxi en el que ambos circulaban, cuando unos desconocidos les dispararon.
El secuestro y la ejecución de los cuatro trabajadores de Al-Charqia se ha producido en medio de un contexto de recrudecimiento de la violencia en el norte de Irak, donde solo el día 13 de septiembre murieron en atentados cerca de veinte personas. Desde marzo de 2003 en Irak han matado al menos a 217 periodistas y colaboradores de medios de comunicación.