Reporteros sin Fronteras está preocupada por la seguridad de Rafael Gallego, sacerdote y director de la emisora comunitaria Ecos de Tiquisio (Departamento de Bolívar, Norte) quien, los días 16 y 19 de abril de 2008, recibió amenazas de muerte procedentes del grupo paramilitar de las Águilas Negras.
Reporteros sin Fronteras manifiesta su preocupación ante las amenazas de muerte recibidas, en el transcurso del mes de abril de 2008, por Rafael Gallego, director de la emisora comunitaria Ecos de Tiquisio, en la ciudad del mismo nombre (Departamento de Bolívar, Norte), y otros dirigentes de organizaciones sociales de la región. Rafael Gallego, que también es sacerdote en Tiquisio, forma parte de una lista de personas a las que fueron dirigidos dos mensajes electrónicos atribuidos a las Águilas Negras, una unidad paramilitar salida de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y muy presente en los departamentos septentrionales del país.
“Los medios comunitarios de Bolívar, y entre ellos la radio Ecos de Tiquisio, desempeñan un papel muy importante en la vida de la región y, por esa razón, disfrutan de una enorme popularidad entre sus habitantes. Con estas maniobras de intimidación, las Águilas Negras intentan no solo extender el miedo entre los trabajadores de la emisora, sino también desacreditarles ante la población local, intentando consolidar así su influencia en la zona, muy afectada ya por la violencia armada. Pedimos a las autoridades del Departamento de Bolívar que garanticen la protección de Rafael Gallego, y de todos los profesionales de la radio”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
En un comunicado, fechado el 16 de abril de 2008, la Red de Emisoras Comunitarias del Magdalena Medio (AREDMAG), a la que pertenece Ecos de Tiquisio, denunció las amenazas de muerte dirigidas, por vía electrónica, a los representantes de varias asociaciones regionales, y entre ellos Rafael Gallego. El mensaje, firmado por el comandante Camilo Mora del Bloque Norte de las Águilas Negras, definía a las víctimas como “objetivos militares” y anunciaba la creación de un “plan de aniquilamiento”, en el que todos los implicados iban a ser “exterminados uno por uno”.
El 19 de abril, un segundo correo electrónico, enviado en nombre de la misma banda armada, acusaba en términos insultantes a los dirigentes de las organizaciones sociales, religiosas y de defensa de los derechos humanos, de complicidad con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN). El mensaje terminaba con las siguientes frases: “Empezaremos por ustedes y después (sic) con los demás (sic) asta (sic) que no quede ni uno, farianos plaga ijueputa (sic) los bamos (sic) acavar (sic). Por una colombia libre de guerrilleros ijueputas (sic)”.
El mismo día se celebró una reunión en Cartagena, capital de Bolívar, entre el presidente del Departamento, representantes del gobierno central y emisarios de la Iglesia católica, con el fin de establecer un plan de seguridad para las instituciones y personas en peligro. A la salida de la reunión, Rafael Gallego dijo a los periodistas que él, y los demás curas amenazados, habían decidido no aceptar la protección oficial, ofrecida por la por la policía del Estado, y optar por “la protección que el mismo pueblo nos brinda”. Por su parte, las autoridades regionales anunciaron que, en el próximo mes de mayo, tendrá lugar una mesa redonda, en la que van a participar todas las organizaciones sociales, para analizar la situación y reforzar las medidas de seguridad.