El tribunal de gran instancia de París ha prohibido a Reporteros sin Fronteras, y a la sociedad Rampazzo, utilizar la imagen del "Che con boina". "Si Reporteros sin Fronteras no tuviera que apelar, la organización encontrará nuevos medios de acción para sensibilizar a la opinión pública sobre la situación de los treinta periodistas actualmente encarcelados en la isla, y conseguir su liberación", declara la organización.
El tribunal de gran instancia de París ha prohibido a Reporteros sin Fronteras, y a la sociedad Rampazzo, utilizar la imagen del "Che con boina". Ambas entidades estaban citadas para comparecer en la demanda de la señora Diane Díaz López, hija y heredera del fotógrafo cubano Korda, autor de la célebre imagen. Reporteros sin Fronteras espera a conocer algunos considerandos de sentencia, para decidir si apela o no.
"Desde ahora, deploramos esta decisión de la justicia francesa que hace el juego a las autoridades cubanas. En particular lamentamos que esta querella contra Reporteros sin Fronteras, que se refería al derecho a la imagen, no se haya aprovechado para hablar del fondo: la deplorable situación de la libertad de prensa y los derechos humanos en Cuba", ha declarado la organización.
Sin embargo, ha afirmado que respetaría esta decisión de la justicia. Se ha suspendido la difusión de la campaña de carteles, prevista del 8 al 22 de julio. "Por otra parte, si Reporteros sin Fronteras no tuviera que apelar, la organización encontrará nuevos medios de acción para sensibilizar a la opinión pública sobre la situación de los treinta periodistas actualmente encarcelados en la isla, y conseguir su liberación", añade la organización.
El 9 de julio de 2003, Bichard, juez de recursos del tribunal de gran instancia de París, prohibió a Reporteros sin Fronteras utilizar la imagen de Ernesto "Che" Guevara. El juez acompañó la prohibición con una multa de 200 euros por infracción, y ordenó la retirada de todas las imágenes existentes en el sitio de Reporteros sin Fronteras. La organización tiene que pagar también una provisión de 1.000 euros, en concepto de daños y perjuicios a la demandante, y 1.000 euros de gastos de justicia. En cambio, el juez no ordenó a Reporteros sin Fronteras publicar, a sus costas, la sentencia en cinco diarios nacionales y en su sitio, como reclamaba el abogado de la señora Díaz López.
El procedimiento tenía por objeto "hacer cesar y prohibir la publicación, difusión y comercialización" de esa fotografía, una copia de la cual iba a ser utilizada por Reporteros sin Fronteras en una campaña, destinada a sensibilizar a la opinión pública sobre la libertad de prensa en Cuba.
Para sensibilizar a los cerca de 120.000 franceses que eligen Cuba como destino de vacaciones, atraídos por el sol, las playas y el mito de la Revolución de los "Barbudos", Reporteros sin Fronteras quería lanzar una campaña de carteles en París, del 8 al 22 de julio. El visual de la campaña reproducía el célebre cartel de Mayo del 68, que representa a un CRS enarbolando una porra, con un escudo en la otra mano. La cara del CRS se había sustituido por la Erenesto "Che" Guevara, dibujada a partir de la fotografía de Korda. La leyenda: "Bienvenido a Cuba, la mayor cárcel del mundo para los periodistas".
Se trataba de recordar que, tras la ideología de la Revolución cubana, que todavía hace soñar a muchos turistas, en realidad se esconde un régimen totalitario, que utiliza el icono del "Che" para intentar legitimar la represión. El cartel mostraba igualmente cómo un mito, que hizo soñar a toda una generación en los años 60, se ha convertido en lo que esa misma generación aborrecía: un régimen policial.
La señora Díaz López estimaba que la asociación no podía "prevalerse de las garantías de la libertad de expresión para desnaturalizar, con un objetivo político-mediático" la obra de su padre, que fotografió al Che en La Habana, en 1960. El Che, piensa ella, "representaba y sigue representado un símbolo de lucha y futuro para el pueblo cubano".
El 18 de marzo de 2003, el gobierno cubano lanzaba una redada contra la disidencia, en todo el país. Después, setenta y cinco disidentes fueron juzgados y condenados a penas que llegan hasta veintiocho años de cárcel, acusados de "atentado a la integridad y la soberanía del Estado" o a su "independencia". Entre ellos, veintiséis periodistas independientes, que se sumaron a los cuatro colegas que ya estaban detenidos. Cuba se convirtió así en la mayor cárcel del mundo para los periodistas.
La sanción contra esos periodistas, que contestan el monopolio informativo del Estado, no finalizó con sus condenas. Trasladados a cárceles situadas a varios cientos de kilómetros de sus domicilios, restricción del derecho de visita de sus familias y malas condiciones de detención, se suman a las graves condenas impuestas.