ITV News anunció la muerte de su envíado especial Terry Lloyd. También resultó muerto, en la explosión de un coche bomba en el Kurdistán iraquí, Paul Morand, un camarógrafo freelance australiano del canal australiano ABC.
El 23 de marzo, por la noche, ITV News anunció la muerte de su enviado especial Terry Lloyd. Según el canal británico, parece que el reportero cayó a consecuencia de los disparos procedentes de las fuerzas americano-británicas. Otros dos periodistas del canal se dan por desaparecidos, desde el 22 de marzo, y un reportero resultó herido, al sur de Irak. Estos cuatro periodistas del canal británico ITV News fueron tiroteados en Imán Anas, cuando llegaban desde Basora, en dos vehículos civiles, al margen de cualquier convoy militar. Según su redacción, el cuerpo de Terry Lloyd (foto), de 51 años y nacionalidad británica, se encontraría en el hospital de Basora. No se tienen noticias de Fred Nerac, camarógrafo, y de Hussein Othman, traductor. El periodista Daniel Demoustier, freelance de nacionalidad belga, resultó herido y se encontraría en el hospital.
Por otra parte, el camarógrafo australiano Paul Morand, de 39 años, que trabajaba para el canal australiano ABC, resultó muerto el sábado 22 de marzo de 2003, en la explosión de un coche bomba, en el Kurdistán iraquí. Iba acompañado del corresponsal del canal ABC, Eric Campbell, que resultó herido por el estallido de las bombas. El atentado se produjo en un control, en el exterior del pueblo de Khormal, cerca de la frontera iraní. Los periodistas esperaban poder entrar en el pueblo, para entrevistar a los refugiados, cuando un taxi llegó por detrás de ellos y explotó.
Esta zona fronteriza, que es la base del grupo kurdo islamista Ansar Al-Islam, fue bombardeada en la noche del 21 al 22 de marzo, por misiles norteamericanos. Según un fotógrafo, testigo de la escena, la explosión iba dirigida contra los periodistas, que eran numerosos en el lugar.
Un grupo de periodistas, entre ellos un fotógrafo y un reportero de Newsweek, resultaron ayer alcanzados por disparos, en la carretera de Basora. Ninguno de los dos resultó herido, y ambos fueron recuperados por el ejército norteamericano.
Reporteros sin Fronteras se siente trastornada al saber que han muerto dos periodistas, y que otros dos se siguen dando por desaparecidos. Estos hombres acaban de pagar un precio muy alto por su voluntad de informar, libre y completamente, sobre el desarrollo de las operaciones en Irak. En un conflicto caracterizado por una intensa batalla mediática, la búsqueda de la información, con total independencia, es más necesaria que nunca para permitir a la opinión pública internacional escapar de la manipulación y la propaganda. "Estos dramas no pueden justificar que los protagonistas del conflicto utilicen las muertes y las desapariciones como pretexto para limitar, todavía un poco más, la libertad de acción de los periodistas sobre el terreno", manifestó Robert Ménard, secretario general de la organización.
Reporteros Sin Fronteras hace una llamada de presión a los beligerantes para que se abstengan de cualquier acción que, con conocimiento de causa, ponga en peligro la vida y la seguridad de los profesionales de la información. La organización quiere recordar que, durante la guerra del Golfo de 1991, mataron a cuatro periodistas. El fotógrafo de nacionalidad alemana Gad Gross fue fusilado por el ejército iraquí, en el Kurdistán iraquí. Tres periodistas independientes británicos, que cubrían la guerra para el canal británico BBC, fueron presumiblemente asesinados por su guía turco.
Estas dos nuevas muertes vienen a añadirse a la larga lista de periodistas muertos en el ejercicio de su trabajo. Entre 1992 y 2002, más de quinientos periodistas murieron, y casi la mitad de ellos en zonas de conflicto. En el 73% de los casos, los periodistas estaban identificados como tales, y murieron a causa de un ataque o un disparo. Solamente en el 27% de los casos, se trató de muertes accidentales.