Reporteros sin Fronteras condena los disparos del ejército israelí sobre Imad Ghanem, camarógrafo de Al-Aqsa TV. “Los repetidos ataques del ejército israelí, a medios de comunicación y periodistas, suponen violaciones del derecho internacional humanitario”, ha declarado la organización.
Reporteros sin Fronteras condena los disparos del ejército israelí que alcanzaron a un camarógrafo del canal de televisión por satélite Al-Aqsa, propiedad de Hamas, cuando cubría una incursión en la franja de Gaza. Al periodista, que resultó gravemente herido, le han tenido que amputar ambas piernas.
“De forma trágica, esta agresión pone de manifiesto los peligros a que se ven expuestos los periodistas palestinos. Los repetidos ataques del ejército israelí, en el marco de operaciones militares, contra algunos medios de comunicación y periodistas, son inaceptables y suponen violaciones del derecho internacional humanitario. Es indispensable que se efectúe una investigación rápida y seria para identificar las causa que impulsaron a los soldados a disparar al periodista cuando se encontraba en el suelo, herido por la metralla de un obús”, ha declarado la organización.
Una fuente militar israelí, preguntada por la Agencia France-Presse, ha estimado que los camarógrafos de la televisión Al-Aqsa “no pueden considerarse periodistas, porque forman parte del brazo armado de Hamas, y sus grabaciones sirven para fines propagandísticos o de inteligencia”. En diciembre de 2006, en una entrevista con representantes de Reporteros sin Fronteras, Efraim Sneh, Viceministro de Defensa israelí, preconizó el ataque a los locales del nuevo canal televisivo de Hamas “si se reanudaban las hostilidades y si el partido islamista anunciaba la vuelta a sus actividades terroristas”. Siempre según él, “los medios de comunicación que pertenecen a organizaciones terroristas no deben tener los mismos derechos que los demás, porque glorifican la violencia”.
Para Reporteros sin Fronteras, las actividades de Hamas no pueden servir para justificar o excusar la agresión a un empleado de Al-Aqsa. “Por una parte, los profesionales de la información tienen el mismo estatuto que las personas civiles, y están protegidos como tales por el derecho internacional humanitario. Por otra, según el Protocolo I adicional de las Convenciones de Ginebra de 1949, solo las instalaciones de radiotelevisión utilizadas con fines militares, y que contribuyan directamente al esfuerzo de la guerra, podrán ser objetivos lícitos”, ha indicado la organización.
El 5 de julio de 2007, Imad Ghanem, de 23 años, cubría una incursión del ejército israelí al este del campo de refugiados de Al-Barij (en el centro de la franja de Gaza). Aunque no exhibía ningún signo distintivo, el periodista llevaba una cámara e iba acompañado por un gran número de colegas. Herido por la metralla de un obús disparado desde un helicóptero, el periodista se encontraba en el suelo cuando fue blanco de los disparos israelíes. Las imágenes grabadas por sus colegas permiten distinguir los dos disparos que alcanzaron, en un corto intervalo de tiempo, las piernas del camarógrafo. Imad Ghanem fue trasladado al hospital de Deir-al-Balah, donde le amputaron ambas piernas. Posteriormente fue trasladado al hospital de Al-Shifa. El diagnóstico es estacionario.
Desde el 1 de enero de 2007 Reporteros sin Fronteras ha contabilizado al menos nueve casos de periodistas heridos por disparos del ejército israelí. En la mayoría de ellos resultaron alcanzados por metralla de granadas ensordecedoras o lacrimógenas, o por balas de goma.
El portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FID), al que contactó la organización, aseguró el 6 de julio de 2007 que “el Estado de Israel considera la libertad de expresión como un principio fundamental de toda sociedad democrática y, por ello, se esfuerza en garantizar la seguridad de los periodistas. Las fuerzas de defensa israelíes operan en la región en el marco de la lucha contra las actividades terroristas en la franja de Gaza, y especialmente contra el lanzamiento de misiles Qassam y los intentos de secuestro de soldados, como ocurrió el 9 de junio de 2007. Como pudimos constara ese día, a menudo los terroristas se disfrazan de periodistas (entre otras cosas conduciendo vehículos con la señal de “prensa”). Este ejemplo pone de manifiesto los desafíos que tienen que enfrentar los soldados israelíes, que no ignoran la presencia de periodistas en las zonas de combate. Las imágenes del incidente del 5 de julio de 2007, difundidas por diferentes medios de comunicación, demuestran que el llamado periodista no llevaba ningún signo distintivo, y que actuaba entre los terroristas. Por otra parte, las imágenes no identifican claramente el origen de los disparos”.