Cuatro años después de la muerte de Zahra Kazemi , todavía no han identificado a los asesinos de la periodista irano-canadiense. El tribunal Supremo de Teherán estudia la posibilidad de abrir un nuevo proceso, como consecuencia de las irregularidades que salpicaron la sentencia del tribunal de apelación.
Cuatro años después del asesinato de la fotógrafa irano-canadiense Zahra Kazemi, el Tribunal Supremo de Teherán tiene que pronunciarse sobre la posibilidad de abrir un nuevo proceso, como consecuencia de las irregularidades que han salpicado la sentencia del tribunal de apelación. Reporteros sin Fronteras ha dirigido un correo a las autoridades canadienses pidiéndoles que continúen denunciando la “denegación de justicia” en este caso.
“Este recurso representa para nosotros la última esperanza de aclarar las circunstancias del asesinato de Zahra Kazemi. Nos sumamos a la petición de los abogados de la periodista para que se efectúe otra investigación, de forma independiente e imparcial, que retome todos los hechos ocurridos desde la detención de Zahra Kazemi hasta su muerte. Son muchos los obstáculos que han salpicado este caso, y especialmente la implicación de altos responsables del régimen. Por eso, la participación de expertos internacionales permitiría eludir algunas dificultades para poner fin a esta demasiado larga impunidad”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
El 2 de julio de 2007, en una nueva vista, los abogados de la familia de Zahra Kazemi se dedicaron a demostrar el carácter intencional del asesinato de la periodista. Si la sala 15 del Tribunal Supremo fuera del mismo parecer, debería ordenar la celebración de un nuevo juicio.
Zahra Kazemi, de 54 años, fue detenida el 23 de junio de 2003 cuando fotografiaba a las familias de algunos detenidos, delante de la cárcel de Evin, al norte de Teherán. Falleció el 10 de julio, como consecuencia de una hemorragia cerebral producida por los golpes recibidos durante su detención.
En un primer momento las autoridades penitenciarias aseguraron que la muerte de la periodista estuvo causada por una caída accidental. Posteriormente reconocieron que le habían pegado en los interrogatorios. La justicia iraní designó entonces a Reza Aghdam Ahmadi, un agente de los servicios de inteligencia, como responsable de la muerte de Zahra Kazemi. En noviembre de 2005 el tribunal de apelación de Teherán le declaró inocente, confirmando así una sentencia de primera instancia, y ordenó que se volvieran a examinar los hechos.