RSF está extremadamente preocupada por la aprobación por el Parlamento de una nueva ley liberticida sobre los medios de comunicación. La organización ha pedido al presidente Mugabe, que no promulgue esta ley y se comprometa públicamente a respetar la libertad de prensa en su país.
Robert Mugabe
En una carta abierta dirigida hoy al presidente de la República, Robert Mugabe, Reporteros Sin fronteras (RSF) ha expresado su enorme preocupación frente a la aprobación por el Parlamento del proyecto de ley de acceso a la información y protección de la vida privada. "Le pedimos que no promulgue esta ley y se comprometa públicamente a respetar la libertad de prensa en su país", declaró Robert Ménard.
"Desde hace cerca de dos años, la situación de la libertad de prensa en Zimbabue no cesa de degradarse. En 2001, más de veinte periodistas fueron detenidos por las fuerzas del orden y podemos temer que, con esta nueva ley, el número sea aun mayor en 2002", indicó Robert Ménard. "Si el texto entra en vigor, usted habrá dado el último toque a la imposibilidad de que la población de Zimbabue pueda disponer de una prensa independiente, en este período crucial de la elección presidencial. Quizá la ley se ha aligerado levemente en relación con la primera redacción, pero su interpretación deja al gobierno la mayor libertad para su aplicación. Lo que hace temer lo peor. De hecho, los periodistas extranjeros no podrán ejercer su profesión. Será un caso único en Africa. Ya el 14 de enero, un periodista malgache que iba a Zimbabue de vacaciones, se vio rechazado en el aeropuerto de Harare, después de presentar su pasaporte, en el que figuraba la mención "periodista".
Si esta ley se promulga, Reporteros Sin Fronteras hará un llamamiento a la Comunidad internacional, y a la Unión Europea en particular, para que adopten una actitud muy firme, no contra la población de Zimbabue sino contra los dirigentes del país.
Ahora, según el proyecto de ley de acceso a la información y protección de la vida privada, aprobado por el Parlamento el 31 de enero de 2002, todos los periodistas deberán disponer de una acreditación de un año renovable, concedida por un comisión gubernamental. Los infractores podrán ser condenados a una pena de dos años de cárcel, y a una multa de 100.000 dólares zimbabuenses (cerca de 2,000 euros). Por otra parte, sólo podrán acceder a esa acreditación los ciudadanos zimbabuenses y los residentes permanentes. Los periodistas extranjeros podrán trabajar en el territorio con "duración limitada", únicamente tras recibir la aprobación de las embajadas de Zimbabue en sus respectivos países.
Además, la participación extranjera en el capital de las empresas de prensa deberá ser minoritaria. Finalmente, la ley criminaliza la difusión de las deliberaciones del Consejo de ministros, y de los organismos gubernamentales.
En 2001, Zimbabue se convirtió en uno de los países más represivos de todo el continente africano, en materia de libertad de prensa. Veinte periodistas locales fueron detenidos y tres corresponsales de la prensa extranjera expulsados del país. Robert Mugabe, el presidente de la República, forma parte de la lista de los treinta y siete predadores de la libertad de prensa en el mundo, elaborada por RSF.