Reporteros sin Fronteras denuncia la condena de Sabri Edjer Öziç, ex director de Radyo Dünya, a una pena de un año de cárcel por "insulto y burla del Parlamento", institución a la que calificó de "terrorista".
Sabri Ejder Öziç, ex director de la emisora local Radyo Dünya en Adana (Sur), fue condenado el 30 de diciembre de 2003 a una pena de un año de cárcel, por "insultos y burlas al Parlamento". El periodista, que no ha sido encarcelado, ha apelado la sentencia.
"Nos sentimos muy afectados por la condena, que es completamente desproporcionada. Les recordamos que, según los estándares internacionales, los delitos de prensa no deben acarrear penas de cárcel. Sería bueno que Turquía, deseosa de adherirse en un futuro próximo en la Unión Europea, integre este principio fundamental y cese de perseguir abusivamente a los periodistas críticos con el Estado, o sus instituciones", ha manifestado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, en un correo dirigido al Ministro de Justicia, Cemil Cicek. "¿Para qué sirven las reformas legislativas, incluso las más positivas, si los jueces locales las aplican de forma arbitraria?", ha añadido.
El tribunal correccional de Adana condenó a Sabri Ejder Öziç por las manifestaciones que efectuó, el 24 de febrero de 2003, en su programa titulado "Diario de a bordo del capitán". El periodista, que por otra parte es militante del partido pro-kurdo Ozgur Toplum, criticó la decisión del gobierno de autorizar la presencia de tropas extranjeras en suelo turco y enviar soldados a Irak, sometida, el día de la emisión, a la aprobación del Parlamento. Entre otras cosas, el tribunal destacó las siguientes palabras: "Nuestro Consejo de Ministros autoriza a los soldados norteamericanos a utilizar nuestro suelo; nuestros soldados van a poder entrar en territorio iraquí (...). En el mundo se ha abierto una guerra contra el terrorismo, pero es una guerra ilegítima. Si las guerras ilegítimas son acciones terroristas, entonces también esto es un acto terrorista. Si el Parlamento diera la autorización de enviar tropas para acciones terroristas, también ese Parlamento sería terrorista".
El fiscal Erten Tamoglu estimó que el hecho de haber calificado al Parlamento de "terrorista" no era una crítica, sino un insulto a una institución del Estado; un delito que, en virtud del artículo 159 del código penal, se castiga con una pena mínima de seis meses de cárcel.
En el marco de las reformas democráticas emprendidas en la perspectiva de adhesión de Turquía a la Unión Europea el artículo 159, causa de un gran número de diligencias abusivas contra los periodistas por "ofensa al Estado y a las instituciones del Estado y amenazas contra la unidad indivisible de la República Turca", fue enmendado en 2002 y 2003. La duración de la pena de cárcel, para esa acusación, se redujo de un año a seis meses, y si las críticas no van intencionadamente dirigidas a "ridiculizar" o "insultar" a las instituciones del Estado, entonces no implican penas de cárcel. Sin embargo, la interpretación de los jueces de la noción de "crítica" sigue siendo subjetiva, y varios periodistas fueron denunciados en 2003, en virtud de este artículo.
Reporteros sin Fronteras recuerda que la libertad de prensa en Turquía continúa sometida a numerosas restricciones. Los periodistas que se atreven a criticar a las instituciones del Estado, o a abordar temas tabúes, como el problema kurdo o el papel del ejército en la vida política del país, son censurados, perseguidos abusivamente y sometidos a graves condenas. Al menos cinco de ellos se encuentran actualmente encarcelados, por expresar sus opiniones en el marco de su actividad profesional.