La sentencia dictada por un tribunal de Caracas, el 19 de mayo de 2008, contra el ex policía Boris Blanco Arcia demuestra que la impunidad no es una fatalidad, según Reporteros sin Fronteras. Sin embargo, la organización lamenta que el asesino del fotógrafo Jorge Aguirre nunca haya explicado por qué lo hizo.
Reporteros sin Fronteras se felicita por la condena, dictada el 19 de mayo de 2008, a quince años de cárcel del ex policía Boris Blanco Arcia, considerado culpable del asesinato de Jorge Aguirre, fotógrafo del diario El Mundo (perteneciente al grupo Cadena Capriles). El periodista murió por disparos el 5 de abril de 2006, en el acceso a la Ciudad Universitaria de Caracas, cuando cubría una manifestación ciudadana contra la inseguridad (l
eer el comunicado del 26 de abril de 2006).
“El asesinato de Jorge Aguirre, ocurrido en pleno descontento social por la inseguridad, estremeció a la opinión pública y a la prensa. Ahora se ha hecho justicia y esta sentencia demuestra, una vez más, que la impunidad no es una fatalidad. Resulta en cambio frustrante constatar que el antiguo policía Boris Blanco Arcia nunca ha sido capaz de explicar claramente las razones de su gesto”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Tras un largo proceso que ha durado siete meses, un tribunal de Caracas ha considerado a Boris Blanco Arcia, acusado de “homicidio” y “usurpación de funciones”, culpable del primero de los cargos y le ha condenado a una pena de quince años de cárcel. El ex funcionario llevaba detenido desde el 13 de abril de 2006.
El 5 de abril de 2006, fotógrafo de El Mundo acudió a la Ciudad Universitaria de Caracas para cubrir una manifestación contra la inseguridad, motivada por el secuestro y asesinato de tres adolescentes. Boris Blanco Arcia, que se hacía pasar por policía en activo, le ordenó que se parara. Ante la negativa de Jorge Aguirre el ex agente, cesado en sus funciones en octubre de 2005, disparó sobre el periodista. Alcanzado por tres disparos efectuados a bocajarro, Jorge Aguirre fotografió, en el momento en que caía al suelo, a su asesino dándose a la fuga (ver abajo). Esa foto facilitó la identificación y detención de Boris Blanco Arcia.
En un mensaje enviado a Reporteros sin Fronteras, Jorbeth Aguirre, hija del fotógrafo asesinado, ha manifestado su decepción al conocer la sentencia. Según el código penal venezolano, la pena máxima prevista para este tipo de delitos es de treinta años de cárcel. La hija del fotógrafo ha dicho que teme que el condenado “salga al cabo de cuatro años”.