La organización denunció la presencia de Estados predadores de la libertad de prensa en el seno de la Asamblea. Denunció también la degradación de la situación de la libertad de expresión en el mundo en 2001, consecutiva en particular al desarrollo de la lucha antiterrorista.
Durante su intervención ante La 58 sesión de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra, Reporteros Sin fronteras ha podido constatar, con indignación, que en esta asamblea se sientan representantes de los países predadores de la libertad de prensa. Normalmente, hay periodistas encarcelados en China, Irán, Birmania, Vietnam, Cuba o Zimbabue. Igualmente, la organización ha subrayado que algunos Estados, entre otros Cuba, Arabia Saudí y Malaisia, miembros de la Comisión, no han firmado ni ratificado el Pacto Internacional relativo a los derechos civiles y políticos, que garantiza la libertad de expresión en su artículo 19. "En sus países, esos gobiernos amordazan a los medios de comunicación con total impunidad y aquí, en Ginebra, se atreven a juzgar a los miembros de la comunidad internacional, acerca de si respetan o no los derechos humanos", dijo sorprendido el representante de Reporteros Sin Fronteras.
Después de la 57 sesión de la Comisión, la situación de la libertad de prensa en el mundo se ha degradado. La lucha antiterrorista, por justa que sea, ha traído consigo un endurecimiento de la represión en los países dictatoriales, como China, pero también se ha traducido en un retroceso de las libertades fundamentales, y especialmente de la libertad de expresión, en muchas democracias. Incluso en el seno de la Unión Europea han aparecido nuevas amenazas sobre el pluralismo y la libertad de información, o se han agravado en varios Estados miembros. Por todas estas razones RSF pidió, al informador especial sobre la libertad de expresión, que permanezca atento a la situación de la libertad de prensa en las democracias, y especialmente en Estados Unidos.
Reporteros Sin fronteras se indigno igualmente al constatar la falta de resolución para condenar la situación de los derechos humanos en países en los que los periodistas tienen que enfrentarse a una represión sistemática de sus derechos, como en Eritrea.