Reporteros sin Fronteras pide a las autoridades que protejan a las mujeres que trabajan en medios de comunicación
Organización:
Reporteros sin Fronteras llama a las autoridades a que hagan todo lo que esté en su mano para proteger la seguridad de las periodistas afganas, varias de las cuales han sufrido ataques, o amenazas, desde el comienzo del año 2008. A una de ellas, Niloufar Habibi, le apuñalaron el 15 de mayo de 2008 en Herat (noroeste). Ahora se ve obligada a cambiar diariamente de residencia y, desde que salió del hospital, ha recibido muchas amenazas de muerte.
“Estamos muy preocupados por el recrudecimiento de las agresiones y amenazas que padecen las mujeres periodistas. Es urgente movilizarse para hacer que cesen esos ataques. Cuando varias periodistas se han visto forzadas a dejar sus trabajos, para poner fin a las amenazas padecidas, es responsabilidad y deber de las autoridades de Kabul efectuar investigaciones en profundidad y no dejar impunes las repetidas agresiones”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“Desgraciadamente, los talibanes no son los únicos que atacan a las mujeres que trabajan en los medios de comunicación. Religiosos fundamentalistas, señores de la guerra y responsables políticos locales contribuyen a crear un clima de terror, tendente a apartar a las mujeres de la sociedad afgana”, ha añadido la organización.
Niloufar Habibi, joven presentadora de la televisión pública local Herat TV, fue apuñalada el 15 de mayo en su domicilio de Herat, en la provincia del mismo nombre. En los primeros días del mes, unos desconocidos amenazaron a todos los trabajadores de la radiotelevisión pública. Temiendo por sus vidas, tres mujeres presentaron la dimisión pocos días después y a ellas siguieron las de una decena de periodistas, de ambos sexos. Niloufar Habibi había decidido seguir trabajando, a pesar de las advertencias.
Contactada por Reporteros sin Fronteras, la joven periodista de 20 años se ha declarado muy preocupada por su vida. “En menos de una semana me han agredido dos veces. La primera (el 14 de mayo), tras recibir varias llamadas telefónicas, dos hombres y una mujer me detuvieron cuando iba camino de la oficina, y me hirieron con un cuchillo. Con un cómplice chofer de taxi, me condujeron ante los locales de la televisión diciéndome: “Si no dimites, la próxima vez será el final”. Al día siguiente, una mujer llamó a mi casa y me apuñaló cuando abrí la puerta. Después de mi hospitalización (hasta el 18 de mayo), me siguen permanentemente unos desconocidos. Cambio con frecuencia de lugar. Rechazo las amenazas pero temo por mi vida”. A pesar de que ha pedido ayuda, Niloufar Habibi sigue sin contar con protección policial.
Han sido varias las periodistas que se han visto obligados a abandonar la ciudad, como Khadijed Ahadi, redactora jefe adjunta de Radio Faryad. Presenta un programa muy popular, en el que la gente puede preguntar a los responsables políticos acerca de sus problemas cotidianos. Había recibido muchas amenazas telefónicas antes de que, los días 6 y 11 de abril, lanzaran granadas contra su domicilio. Khadijed Ahadi no resultó herida, pero su casa quedó parcialmente destruida.
“Desde hace meses estamos asistiendo a ataques a medios y a periodistas, particularmente en la provincia de Herat. En este mes se han producido allí entre ocho y diez agresiones a mujeres, o jóvenes periodistas”, asegura a Reporteros sin Fronteras el presidente de la Asociación de Periodistas Independientes de Afganistán (AIJA), Rahimullah Samandar. “Quieren parar la emisión de programas de televisión y prohibir a las mujeres que trabajen en ella. Desgraciadamente, la falta de respuesta de las autoridades es un elemento importante en el aumento de ese tipo de ataques”, ha añadido.
Otro responsable de AIJA, Nighibolah Taieb, ha declarado a Reporteros sin Fronteras: “Esta situación es peligrosa para nuestro país. Los autores de las agresiones son enemigos de la libertad de expresión. No hay que olvidar que los vecinos de la provincia de Herat (Irán) están preocupados con la libertad de expresión en nuestro país, y temen que la emisión de programas pueda tener influencia en los telespectadores del otro lado de la frontera”.
En febrero pasado, dos personas que dijeron ser representantes de los talibanes amenazaron a tres mujeres periodistas en Mazar-i-Charif. A una de ellas, le advirtieron en los siguientes términos: “Ten cuidado, si sigues apareciendo en la televisión podemos secuestrar a tu hermana, tu madre y otros miembros de tu familia”. A pesar de sus demandas, no han conseguido protección policial.
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20.01.2016