En la víspera de la visita oficial del presidente venezolano Hugo Chávez, que el 20 de noviembre de 2007 será recibido en El Eliseo, Reporteros sin Fronteras ha pedido al presidente francés que recuerde a su homólogo la importancia que tiene una prensa libre. La organización ha hecho un repaso de los serios atentados a la libertad de expresión registrados desde la llegada al poder del presidente bolivariano.
En la víspera de la visita oficial a París, el 20 de noviembre de 2007, del presidente venezolano Hugo Chávez, Reporteros sin Fronteras ha dirigido una carta al presidente de la República, Nicolas Sarkozy. La visita tiene lugar cuando el jefe del Estado bolivariano asume un importante papel como mediador con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que mantienen como rehén a Ingrid Betancourt desde el 23 de febrero de 2003.
“Naturalmente que deseo que la entrevista contribuya a los esfuerzos llevados a cabo para conseguir la libertad de la senadora franco-colombiana. Pero, sin embargo, en tanto que secretario general de Reporteros sin Fronteras tengo la obligación de recordarle que la gestión emprendida por el presidente Hugo Chávez no debe hacer que se olviden ni algunas derivas graves de su régimen, ni su comportamiento en el panorama internacional”, ha escrito Robert Ménard al Presidente de la República Francesa.
“Muy pocas veces un Jefe de Estado electo ha planteado tantos obstáculos a la libertad de expresión durante su mandato. Del fallido golpe de Estado que sufrió en abril de 002 - y del que es cierto que algunos medios de comunicación apoyaron -, el presidente Chávez ha extraído un argumento no solo para silenciar cualquier voz crítica o disidente sino también para eliminar progresivamente cualquier forma de contrapoder, y en particular el de la prensa”, ha continuado la organización, una delegación de la cual estuvo presente el 27 de mayo pasado en Venezuela cuando RCTV, el más popular y antiguo de los canales de televisión del país, fue excluido de la red hertziana por orden de Hugo Chávez e “incluso en contra del parecer de una gran parte de sus propios apoyos, y despreciando toda la jurisprudencia interamericana”.
Ese episodio generó la desaprobación de muchos dirigentes extranjeros, en particular latinoamericanos, que por toda explicación recibieron insultos y acusaciones de “complot contra Venezuela”.
Reporteros sin Fronteras ha subrayado igualmente la envergadura del “control que ejerce el Jefe del Estado venezolano sobre el paisaje mediático, ya que tiene a su disposición siete televisiones, une veintena de radios, el operador telefónico CANTV, el principal diario nacional Ultimas Noticias y cerca de sesenta periódicos locales”.
La organización ha precisado: “Una ley hecha a su medida le autoriza a requisar todos los medios audiovisuales para extenderse en ellos hablando a su conveniencia, sin tiempo fijado y sin interrupción. Desde 1999, el presidente Chavez ha ocupado más de 1.500 veces este sistema de las “cadenas”, sobrepasando las 900 horas en el aire, a las que hay que añadir en el mismo período de tiempo cerca de 1.000 horas acumuladas de su propio programa dominical Aló Presidente (que el pasado 5 de agosto batió el record de tiempo con 7 horas y 43 minutos de monólogo, en una sola vez). Las escasas críticas al régimen proceden de algunos periódicos y de un canal de difusión restringida, Globovisión. Están en marcha algunos procedimientos administrativos dirigidos contra él, que podrían condenarle pronto al cierre. Finalmente, la reforma de la Constitución que el presidente Chávez hizo aprobar a comienzos de su primer mandato - reforma que se someterá a referéndum el próximo 2 de diciembre, y que ha generado una fuerte controversia - le daría poder para decretar el estado excepción sin limitación de tiempo, y suspender la libertad de prensa si lo considerara necesario”.
En relación con todos estos asuntos, Reporteros sin Fronteras recuerda que sus “ofertas de diálogo han topado con la acusación, tan grotesca como infundada, de que nuestra organización trabajaría por cuenta de la inteligencia norteamericana, e intentaría organizar otro golpe de Estado”.
“La eliminación de todo contrapoder de la prensa ha ido acompañada de un auténtico marcar el paso a la sociedad civil, y a sus componentes (organizaciones profesionales, sindicatos y ONG's)”, ha continuado Robert Ménard, quien ha recordado que un proyecto de ley de cooperación internacional, aprobado en primera lectura en junio de 2006, intenta limitar cualquier “influencia extranjera” en las asociaciones locales, a través de su financiación y el ejercicio de su misión.
“Algunas ONG's venezolanas dedicadas a la defensa de los derechos humanos se nos han quejado de que reciben fuertes presiones del poder. Una treintena de nombres de personas consideradas simpatizantes de la oposición - y entre ellas nuestro corresponsal venezolano - figuran en un lista negra, elaborada el pasado 25 de mayo por la abogada Eva Golinger, cercana al Presidente”, ha subrayado la organización.
En conclusión, Reporteros sin Fronteras ha formulado el deseo de que el presidente francés tenga “ocasión de abordar todos estos temas con su homólogo venezolano”, y así “recordarle que cualquier Jefe de Estado electo tiene que aceptar escuchar la voz de la comunidad internacional”.