La radio La Voz de la Esmeralda, condenada al silencio: “una agresiva medida cuyos motivos son poco claros”
Organización:
La radiodifusora local La Voz de la Esmeralda Oriental Canela fue silenciada y no le será posible reanudar sus emisiones. El 3 de abril de 2011 la policía confiscó el equipo del medio de comunicación. Los funcionarios presentes en el lugar incluso cortaron los cables de transmisión. Citado por la organización Fundamedios, el periodista y propietario de la radio, Wilson Cabrera, dijo estar sorprendido porque no recibieron una notificación previa a esta medida, ejecutada además en domingo. Reporteros sin Fronteras considera que esa manera de proceder induce aún más la sospecha sobre los motivos reales y todo el proceso que condujeron a este cierre.
A La Voz de La Esmeralda Oriental Canela, ubicada en Macas (sudeste), se le acusa de haber operado como estación repetidora en las ciudades Pablo VI y Huamboya sin contar con los permisos correspondientes. En septiembre pasado, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) ordenó que se le quitara la frecuencia a la radio, concesión otorgada en agosto del año 2000. Tres meses después solicitó simple y llanamente que se clausurara al medio de comunicación. Según Wilson Cabrera, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, responsable de la apelación del caso, no había dado a conocer aún su decisión en el momento de la intervención policíaca, el 3 de abril.
“Si no se ha emitido ninguna resolución judicial efectiva y definitiva, La Voz de la Esmeralda Oriental Canela tiene derecho a reclamar al menos la restitución de su equipo, en el mejor de los casos, el restablecimiento de su frecuencia. Wilson Cabrera denunció que presiones políticas podrían estar detrás del cierre de la radiodifusora. Este afán de condenar al silencio al medio de comunicación parece darle la razón. Este caso llama, una vez más, a una revisión del sistema de frecuencias y de las instituciones encargadas de atribuirlas”, declaró Reporteros sin Fronteras.
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7.01.11 - El cierre de una emisora urge a una revisión completa de los mecanismos de atribución de frecuencias
Presiones políticas explican, al parecer, que se haya silenciado a la emisora local La Voz de la Esmeralda Oriental Canela. El proceso, emprendido por la autoridad administrativa en septiembre de 2010, concluyó el 3 de enero de 2011. Con una decisión inconstitucional, la autoridad judicial rechazó un recurso presentado por el periodista y propietario del medio de comunicación, Wilson Cabrera. Al igual que a la organización ecuatoriana Fundamedios, que reveló el caso, la decisión nos parece más grave puesto que la radiodifusora tenía a la ley de su lado. Reporteros sin Fronteras considera que este caso urge a una revisión completa de los mecanismos de atribución de las frecuencias, pero también a una reestructuración de las instituciones encargadas de atribuirlas. Una comisión de expertos internacionales consultados por el gobierno se pronunció el 18 de mayo de 2009 a favor de una reforma profunda del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel, brazo técnico del primero). Desafortunadamente, su recomendación no se llevó a cabo. En nuestra opinión, se trata de una garantía indispensable para la aplicación de la nueva Ley de Comunicación, que aún se encuentra en suspenso. Habíamos aprobado algunos de los principios generales de esta legislación, que busca un equilibrio pluralista entre los diferentes tipos de medios de comunicación (públicos, privados y comunitarios). Todas las lecciones deben considerar el precedente de La Voz de Esmeralda para que se alcance este objetivo. Solicitamos que la radiodifusora recupere inmediatamente su frecuencia. Ubicada en Macas (sudeste) y crítica de las autoridades provinciales de Morona, a La Voz de Esmeralda se le reprocha haber operado como estación repetidora en las ciudades de Pablo VI y Huamboya sin la autorización correspondiente. El 17 de septiembre pasado la Conatel ordenó que no se le renovara la licencia de frecuencia, otorgada el 28 de agosto de 2000. El 16 de diciembre, tras el recurso presentado por Wilson Cabrera, la Conatel ordenó a la Supertel cerrar simple y llanamente el medio de comunicación. El 3 de enero de 2011 fue rechazado la Acción de protección y medidas cautelares presentada por Wilson Cabrera ante el Juzgado Primero del Trabajo. Según su representante, La Voz de Esmeralda se había sometido a todos los controles administrativos y técnicos supervisados por la Supertel, condición necesaria y suficiente para obtener una reatribución de la frecuencia (artículo 9 de la Ley de Radiodifusión y Televisión). ¿En qué base jurídica se sustenta la anulación de la frecuencia? Asimismo, ¿por qué la falta imputada a la radiodifusora no le fue notificada 30 días antes de la expiración de su frecuencia, como también lo prevé la ley? En ausencia de una respuesta a estas preguntas, el anuncio del asambleísta Vethowen Chica del cierre de la radiodifusora algunos días antes del anuncio de la Conatel, haría suponer un motivo político. Esta historia recuerda mucho a la de la radiodifusora La Voz de Bagua, en Perú, silenciada durante catorce meses.
Presiones políticas explican, al parecer, que se haya silenciado a la emisora local La Voz de la Esmeralda Oriental Canela. El proceso, emprendido por la autoridad administrativa en septiembre de 2010, concluyó el 3 de enero de 2011. Con una decisión inconstitucional, la autoridad judicial rechazó un recurso presentado por el periodista y propietario del medio de comunicación, Wilson Cabrera. Al igual que a la organización ecuatoriana Fundamedios, que reveló el caso, la decisión nos parece más grave puesto que la radiodifusora tenía a la ley de su lado. Reporteros sin Fronteras considera que este caso urge a una revisión completa de los mecanismos de atribución de las frecuencias, pero también a una reestructuración de las instituciones encargadas de atribuirlas. Una comisión de expertos internacionales consultados por el gobierno se pronunció el 18 de mayo de 2009 a favor de una reforma profunda del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel, brazo técnico del primero). Desafortunadamente, su recomendación no se llevó a cabo. En nuestra opinión, se trata de una garantía indispensable para la aplicación de la nueva Ley de Comunicación, que aún se encuentra en suspenso. Habíamos aprobado algunos de los principios generales de esta legislación, que busca un equilibrio pluralista entre los diferentes tipos de medios de comunicación (públicos, privados y comunitarios). Todas las lecciones deben considerar el precedente de La Voz de Esmeralda para que se alcance este objetivo. Solicitamos que la radiodifusora recupere inmediatamente su frecuencia. Ubicada en Macas (sudeste) y crítica de las autoridades provinciales de Morona, a La Voz de Esmeralda se le reprocha haber operado como estación repetidora en las ciudades de Pablo VI y Huamboya sin la autorización correspondiente. El 17 de septiembre pasado la Conatel ordenó que no se le renovara la licencia de frecuencia, otorgada el 28 de agosto de 2000. El 16 de diciembre, tras el recurso presentado por Wilson Cabrera, la Conatel ordenó a la Supertel cerrar simple y llanamente el medio de comunicación. El 3 de enero de 2011 fue rechazado la Acción de protección y medidas cautelares presentada por Wilson Cabrera ante el Juzgado Primero del Trabajo. Según su representante, La Voz de Esmeralda se había sometido a todos los controles administrativos y técnicos supervisados por la Supertel, condición necesaria y suficiente para obtener una reatribución de la frecuencia (artículo 9 de la Ley de Radiodifusión y Televisión). ¿En qué base jurídica se sustenta la anulación de la frecuencia? Asimismo, ¿por qué la falta imputada a la radiodifusora no le fue notificada 30 días antes de la expiración de su frecuencia, como también lo prevé la ley? En ausencia de una respuesta a estas preguntas, el anuncio del asambleísta Vethowen Chica del cierre de la radiodifusora algunos días antes del anuncio de la Conatel, haría suponer un motivo político. Esta historia recuerda mucho a la de la radiodifusora La Voz de Bagua, en Perú, silenciada durante catorce meses.
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20.01.2016