Internet en libertad vigilada
Organización:
Los atentados del 11 de septiembre de 2001, y la presunta utilización de Internet por los miembros del comando terrorista, para comunicar y preparar su acción, han dado el triunfo a los apólogos de una política ultrasecuritaria y de una Red enmarcada en estrictas leyes de regulación.
La campaña para apoderarse de Internet empezó solamente pocas horas después de los atentados, cuando algunos agentes de la policía federal (FBI) invadieron las sedes de los principales proveedores de acceso a Internet del país (Hotmail, AOL, Earthlink, etc.), para interceptar informaciones sobre eventuales intercambios, por e-mail, entre los terroristas. El periódico digital Wired afirmó, en una investigación, que los agentes del FBI también intentaron instalar el sistema de vigilancia electrónica "Carnivore" (rebautizado después como DCS 1000) en los principales servidores informáticos de los proveedores de acceso, con base en Estados Unidos. "Los agentes del FBI se presentaron en los locales de esas sociedades para instalar sus máquinas. Garantizaron que estaba asegurado el coste de instalación y explotación de sus sistemas. El FBI exigió, y obtuvo, de los responsables de esas compañías, informaciones procedentes de las cuentas en cuya dirección de Internet se encontraba la palabra "Alá". Al parecer, todos los grandes proveedores de acceso siguieron el ejemplo de Hotmail y colaboraron plenamente con los servicios de seguridad norteamericanos".
Carnivore: un programa que "rastrilla" ampliamente
Carnivore es el primer gran programa "de escucha electrónica" utilizado por la policía de un Estado. Creado por los servicios del FBI permite, tras haber sido instalado en un proveedor de acceso, registrar y almacenar todos los datos intercambiados por sus usuarios. Combatido por los defensores de las libertades civiles en Estados Unidos, hasta ahora este sistema solo se utilizaba con el acuerdo previo de un juez. Un texto titulado "Combating Terrorism Act", aprobado de urgencia por el Senado el 13 de septiembre, eximió a los servicios norteamericanos de seguridad del aval de la justicia, para la utilización de Carnivore.
En la confusión, muchos responsables norteamericanos atacaron a la criptografía. Este procedimiento permite a los internautas proteger la confidencialidad de las informaciones intercambiadas en la Net, cifrándolas con ayuda de programas. El mismo 13 de septiembre, el senador republicano Judd Gregg propuso, en un discurso pronunciado ante el Congreso, la prohibición de los programas de cifrado cuyos difusores no hubieran facilitado a la autoridad pública la clave que permite descifrar los mensajes. Justificó la petición en el hecho de que el FBI necesitó diez meses para descifrar los ficheros cifrados en el ordenador del principal responsable del primer atentado contra el World Trade Center, en 1993.
Por su parte, David Zimmerman, creador del PGP, el primer programa de criptografía, subrayó: "La sociedad gana más que pierde, con una criptografía fuerte. Salva vidas en el mundo entero. El programa PGP lo utilizan organizaciones de defensa de los derechos humanos en todo el mundo, y especialmente en los países sometidos a dictaduras".
Flexibilidad de los procedimientos de escucha electrónica
La vigilancia de la información en la Red quedó definitivamente legalizada el 24 de octubre de 2001, con la aprobación, en la Cámara de Representantes norteamericana, de la "USA Patriot Act", más tarde rebautizada como "USA Act". Esta ley antiterrorista confirma la autorización concedida al FBI para instalar el sistema Carnivore en la red de los proveedores de acceso a Internet, para vigilar la circulación de mensajes electrónicos y conservar las huellas, de la navegación en la web, de una persona sospechosa de estar en contacto con una potencia extranjera. Para ello, sólo es necesario el aval de una jurisdicción especial.
Ya se han producido los patinazos que temían las organizaciones de defensa de la libertad de expresión. En la primavera de 2002, la organización norteamericana Electronic Privacy Information Center (EPIC), tras un forcejeo jurídico con el FBI, consiguió el derecho a acceder a algunos dossiers relativos a Carnivore. Sus especialistas descubrieron que, en el marco de la "cruzada antiterrorista", se habían interceptado y espiado "por error, según la policía federal, " los correos electrónicos de ciudadanos por encima de toda sospecha. Unas malas manipulaciones técnicas tenían la culpa de esos atropellos...
En cuanto a los programas de criptografía, se han visto afectados por el programa "Linterna Mágica" ("Magic Lantern") del FBI. Enviado por e-mail, ese virus del tipo "espía de teclado" registra, sin que sepa, las teclas que tocan los internautas. Permite así al FBI identificar la clave de cifrado de los usuarios de programas de criptografía, y recuperar los mensajes escritos por el propietario del ordenador.
Aunque las autoridades intentan controlar la circulación de la información en la Red, y vigilar lo que se dice y se intercambia, también intentan sacar provecho de Internet para garantizar la propaganda de Estados Unidos en la lucha antiterrorista. El 19 de febrero de 2002, el New York Times reveló que la Oficina de Influencia Estratégica (OSI, Office of Strategic Influence), un servicio del Departamento de Estado de Defensa, proponía recurrir a la difusión de falsas informaciones, en los medios de comunicación extranjeros. Especialmente, difundiéndolas en sitios de Internet creados con ese objetivo y administrados, en realidad, por el servicio, o a través de e-mails dirigidos a periodistas y redacciones. Poco después de la indignación provocada por estas revelaciones, Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que Bush ignoraba todo del proyecto del OSI, y ordenó el cierre de la oficina.
Gendarme mundial del Net.
Además, el Departamento de Justicia se arrogó el derecho a perseguir a los "piratas" de Internet, fueran o no norteamericanos y actuaran en suelo estadounidense, o fuera de él. El razonamiento de las autoridades es muy simple: en la medida en que la mayor parte de las comunicaciones de Internet transitan por Estados Unidos, ahora pretenden perseguir a cualquiera que, en el mundo, contravenga las leyes de los USA en el terreno del ciberespacio, teniendo en cuenta que el objeto de los "delitos" electrónicos circula por los "canales norteamericanos".
Esta medida, sin precedente en el mundo, confiere de facto a Estados Unidos "el papel de gendarme mundial del Net", dicen alarmados los defensores de las libertades. Y más aun porque los términos "hackers" o "piratas" pueden englobar múltiples actividades. "Los autores de cualquier delito básico en Internet, desde el robo de datos informáticos, al pirateo de sitios, y hasta el envío de imágenes pornográficas, podrían ser hostigados por las autoridades norteamericanas", explica Mark Rasch, un experto en seguridad en Internet.
Por otra parte, un hecho rarísimo en los anales de Internet ilustra la determinación de Estados Unidos: en noviembre de 2001, Somalia quedó totalmente desconectada de la Red. El único proveedor de acceso, Somalia Internet Company, así como la principal empresa de telecomunicaciones al-Barakaat, se vieron obligados a cesar en sus actividades. Motivo: las autoridades norteamericanas acusaron a ambas compañías de apoyar económicamente la red Al-Qaida de Ossama Bin Laden, y las colocaron en su lista de apoyo al terrorismo. Durante dos meses, los somalíes estuvieron, por tanto, aislados del mundo digital. En enero de 2002, la llegada de un nuevo operador al mercado somalí, NetXchange, reintrodujo al país en la cibercomunidad.
El Ministro de Justicia, John Ashcroft, y el director del FBI, Robert Mueller, presentaron un plan de reforma de la policía federal, el 30 de mayo de 2002. Según ese plan, el FBI centra sus actividades en la lucha antiterrorista, a costa de su lucha contra la criminalidad. Una de las principales novedades es la autorización que se da a los agentes federales para que efectúen escuchas de las comunicaciones telefónicas y electrónicas de cualquier persona que pueda poseer informaciones relacionadas con asuntos terroristas. Y, sin necesidad de pedir un mandato judicial. Igualmente, el FBI puede entrar en las bases de datos informáticos que contengan informaciones de orden comercial, económico o científico. Estas investigaciones pueden realizarse a título "preventivo", incluso aunque no exista ninguna prueba contra las personas o las organizaciones vigiladas.
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20.01.2016