Reporteros sin Fronteras se siente descorazonada al saber que Google ha decidido poner en marcha, en China, una versión censurada de su buscador. Ahora, los internautas chinos tienen que contentarse con los contenidos validados por las autoridades de Pekín, una vez que han quedado fuera las informaciones del Tibet o los derechos humanos en China.
Reporteros sin Fronteras se siente descorazonada al saber que Google ha decidido poner en marcha, en China, una versión censurada de su buscador. Ahora, los internautas chinos tienen que contentarse con los contenidos validados por las autoridades de Pekín, una vez que han quedado fuera las informaciones del Tibet o los derechos humanos en China.
“La puesta en marcha de Google.cn representará un día negro para la libertad de expresión en China. Mientras que la empresa defiende los derechos de los internautas norteamericanos frente a la justicia de aquel país, se burla de sus usuarios chinos. A la luz de su estrategia en China, las ofuscadas declaraciones de Google sobre el respeto a la confidencialidad de los internautas nos parecen el colmo de la hipocresía. Igual que sus competidores, esta empresa nos explica que no le queda otra opción, porque tiene que plegarse a las leyes locales. Pero es un argumento que no se aguanta. La libertad de expresión no es un principio accesorio que puede dejarse a un lado cuando se opera en una dictadura. Es un valor reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, e inscrito en la constitución china. Hoy, en materia de censura, las empresas norteamericanas se pliegan a las mismas reglas que sus competidores chinos. Sin embargo, continúan justificándose hablando del efecto beneficioso que tendrá su actividad, a largo plazo. Pero hay una cosa cierta: el Internet chino cada vez se aísla más del resto del mundo, y la libertad de expresión cada vez está más reducida. Las profecías de esas empresas sobre el futuro de una Red libre y sin fronteras sirven para esconder errores éticos inaceptables”.
El 26 de enero de 2006, la sociedad californiana aseguró su intención de poner en marcha una nueva herramienta, Google.cn, para mejorar el servicio ofrecido a sus clientes chinos. Declaró que su nuevo buscador, con sede en China, será más rápido. Reconoció que el servicio estaría censurado, de acuerdo con la “ley local”, pero explicó que, aunque filtrar la información va en contra de sus principios, peor sería no proporcionar ninguna información a los internautas chinos.
Hasta ahora, Google censuraba únicamente su herramienta de actualidad, Google News, excluyendo los contenidos procedentes de los sitios prohibidos por las autoridades. Su buscador clásico, con sede en Estados Unidos y accesible en la dirección www.google.com/intl/zh-CN, no estaba filtrado. De esta forma, Google era el último de los grandes buscadores extranjeros que no censuraba la versión china. Yahoo! colabora desde más de tres años con los servicios locales de censura.
Poniendo en marcha una versión que no integra los contenidos “subversivos”, la empresa facilita el trabajo de filtrado del Net, efectuado por Pekín. En efecto, los internautas tienen pocas probabilidades de encontrar un sitio Web que no se encuentre incluido en los buscadores. En su correo, la organización se preocupaba por algunas de las decisiones adoptadas por Google. En efecto, en julio de 2004, Google entró a participar en la empresa china Baidu, que comercializa un buscador ultra censurado en China. Poco después, la sociedad californiana pidió, y consiguió, autorización para abrir una oficina en el territorio chino; una concesión que las autoridades chinas acompañaron de algunas condiciones.
Reporteros sin Fronteras publicó, el 6 de enero, seis recomendaciones para garantizar que las empresas del sector de Internet respeten la libertad de expresión, cuando actúan en países represivos.
Ver:
http://fbpqwhtvgo.oedi.net/srticle.php3?id_article=16111