Este año Eritrea reemplaza a Corea del Norte en la última posición de la clasificación mundial de Reporteros sin Fronteras. Otro hecho a destacar es que los Estados miembros del G8, con excepción de Rusia, han puesto fin a su caída en picado en la clasificación. Por otra parte, varios Estados han perdido puestos a causa de que han aumentado la represión en Internet.
Este año Eritrea reemplaza a Corea del Norte en la última posición de la clasificación mundial de Reporteros sin Fronteras, que hoy se publica por sexto año consecutivo y que mide el grado de libertad de prensa en 169 países.
“Es algo que no sorprende en absoluto. Aunque no se conocen todas las violaciones a la libertad de prensa cometidas en Corea del Norte y Turkmenistán, que preceden inmediatamente a Eritrea en esta clasificación, el país se merece ocupar el último puesto. La prensa privada ha desaparecido en el país del autoritario Issaias Afeworki y los pocos periodistas que han osado criticar al régimen se han visto arrojados al presidio. Sabemos que cuatro de ellos han muerto en la cárcel y tenemos sobradas razones para creer que otros van a seguirles”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Fuera de Europa -a la que pertenecen los primeros catorce países de la clasificación-, ninguna región del mundo queda al margen de la censura o la violencia con los profesionales de los medios de comunicación.
Entre los veinte países peor clasificados se encuentran 7 asiáticos (Pakistán, Sri Lanka, Laos, Vietnam, China, Birmania y Corea del Norte), 5 africanos (Etiopía, Guinea Ecuatorial, Libia, Somalia y Eritrea), 4 de Oriente Medio (Siria, Irak, Territorios Palestinos e Irán), 3 del antiguo espacio soviético (Belarús, Uzbekistán y Turkmenistán) y 1 americano (Cuba).
“Nos sentimos particularmente preocupados por la situación en Birmania (164 posición). La feroz represión de la Junta Militar en el poder a las manifestaciones no augura nada bueno para el futuro de las libertades fundamentales en el país. Los periodistas continúan trabajando bajo el yugo de una censura implacable a la que no se le escapa nada, ni siquiera los anuncios por palabras”, ha señalado Reporteros sin Fronteras. “Lamentamos también que China (163) siga estancada en las profundidades de la clasificación. Cuando falta menos un año para los JJOO de Pekín, las tantas veces prometidas por las autoridades reformas y puestas en libertad de periodistas no parecen más que una vana ilusión”.
Los miembros del G8 experimentan una ligera mejoría, salvo Rusia
Mientras que, desde hacía tres años, no cesaban de caer hacia abajo, los países miembros del G8 han ganado algunas posiciones. Francia (31) por ejemplo, sube seis puestos en relación con el año pasado. Los periodistas se han visto libres de la violencia que les afectó a finales de 2005, con motivo de un conflicto sindical en Córcega y de las manifestaciones en los suburbios. Sin embargo, continúa dándose situaciones preocupantes ante la persistencia de casos de censura, registros en redacciones y falta de garantías en lo que se refiere al secreto de las fuentes.
En Estados Unidos (48), las violaciones de la libertad de prensa han sido ligeramente menos numerosas y el blogger Josh Wolf salió en libertad tras permanecer detenido 224 días. En cambio, la detención sin cargos en la base militar de Guantánamo, desde el 13 de junio de 2002, del camarógrafo sudanés de Al-Jazira Sami Al-Haj, y el asesinato de Chauncey Bailey en Oakland, en agosto de 2007, siguen impidiendo que el país acceda al pelotón de cabeza.
También Italia (35) ha frenado su descenso, a pesar de que los periodistas continúan bajo la amenaza de grupos mafiosos, que les impiden realizar su trabajo con total seguridad. En Japón (37), un cierto respiro en los ataques de militantes nacionalistas a la prensa permiten que el país gane catorce puestos.
“Estas evoluciones son una buena noticia. Quizá es que finalmente están dando frutos los repetidos llamamientos a esas democracias, para que se comporten de manera ejemplar. Sin embargo, es necesario mantenerse prudentes y vigilantes. Nunca se conquista nada del todo y esperamos que la tendencia se mantenga, e incluso se acentúe, en el próximo año. De todas manera lamentamos que solo dos países del G8, Canadá (18) y Alemania (20), consigan izarse entre los veinte primeros”, ha indicado Reporteros sin Fronteras.
Rusia (144) no avanza. El asesinato de Anna Politkovskaya, en octubre de 2006, la impunidad de los asesinos de periodistas y la siempre lacerante falta de pluralismo en los medios de comunicación, tienen un peso enorme en el balance de la situación de la libertad de expresión en el país.
Bulgaria y Polonia, malos alumnos de Europa
Todos los países miembros de la Unión Europea, con excepción de Bulgaria (51) y Polonia (56), figuran entre los cincuenta primeros. En Sofía, lo periodistas pueden recibir una paliza por su trabajo. El clima se ha ensombrecido aun más a partir del momento en que se dejaron sin efecto las diligencias abiertas a unos policías que, en el pasado mayo, agredieron a unos periodistas. Por su parte, las autoridades polacas se niegan a despenalizar los delitos de prensa, y la justicia condena con frecuencia a periodistas a penas de cárcel, con el cumplimiento en suspenso. Desde la llegada al poder de Lech Kaczynski en octubre de 2005, y pocos meses más tarde de su hermano Jaroslaw, se ha intensificado la persecución de la prensa polaca.
Los países del Norte de Europa continúan siendo los que mejor se comportan. A pesar de ello hay que dar un toque de atención a Holanda (12), que ha retrocedido doce puestos como consecuencia de los dos días de arresto de dos periodistas del Telegraaf, que se negaron a revelar sus fuentes a la justicia.
La inconstancia de las jóvenes democracias
Algunos países no europeos han ingresado entre los cincuenta primeros. Es el caso de Mauritania (50) -que ha ganado 88 puestos desde 2004-, Uruguay (37) y Nicaragua (47). “Esperamos que las mejoras sean duraderas. El año pasado Bolivia (68) experimentó una remontada espectacular. Desgraciadamente parece que se trató de un simple repunte coyuntural, y este año ha vuelto a perder muchos puestos a causa de serias violaciones de la libertad de prensa”, ha explicado la organización.
De idéntica forma, algunos países que tradicionalmente figuraban en una buena posición han retrocedido sensiblemente. Es el caso de Benín (53) y Mali (52). Por primera vez desde hace varios años han encarcelado a periodistas en ambos Estados africanos, después de condenarles por “difamación” u “ofensas al Jefe del Estado”. En el continente americano también El Salvador (64) ha abandonado la primera parte de la clasificación, perdiendo 36 puestos en dos años.
Tampoco los bloggers escapan a la represión
Internet ocupa un lugar cada vez mayor en la cuenta de atentados a la libertad de expresión. Este año han sido varios los países que han retrocedido en la clasificación a causas de violaciones graves y repetidas a la libre circulación de información en la Web.
En Malasia (124) por ejemplo, pero también en Tailandia (135), Vietnam (162) y Egipto (146), han detenidos a bloggers y han cerrado, o hecho inaccesibles, sitios informativos. “Estamos muy preocupados por la multiplicación de los casos de censura en la Red. Cada vez hay más gobiernos que se percatan del papel esencial que puede jugar Internet en la lucha por la democracia, y crean nuevos medios para censurar la Red. Ahora, las autoridades de los países represivos atacan a los bloggers y a los periodistas digitales con la misma fuerza que a los trabajadores de los medios de comunicación tradicionales”, ha explicado Reporteros sin Fronteras.
Por expresarse en la Red, en el mundo hay detenidas al menos 64 personas. China conserva su liderazgo en esta carrera de la represión, con 50 ciberdisidentes detenidos. Otros ocho están en la cárcel en Vietnam. En Egipto, el joven internauta Kareem Amer fue condenado a cuatro años de cárcel por criticar en su blog al Jefe del Estado, y denunciar la forma en que los islamistas tienen dominadas a las universidades del país.
Guerra y paz
La guerra es ampliamente responsable de la mala posición de algunos países. El recrudecimiento de los combates en Somalia (159) y Sri Lanka (156) ha vuelto extremadamente penosas las condiciones en que trabajan los periodistas. Han matado a varios y han reforzado la censura, cuando los enfrentamientos son diarios. Los beligerantes no reconocen ningún derecho a los profesionales de los medios de comunicación, y les acusan de apoyar tal o cual campo.
En los Territorios Palestinos (158) la batalla entre Hamas y Fatah, que causa estragos, es la principal causa de la acumulación de atentados graves a la libertad de expresión. Tomas de rehenes, detenciones, agresiones, saqueo de redacciones, etc.; los medios de comunicación palestinos, y los escasos enviados especiales extranjeros, están amenazados por todas partes.
En Irak (157) los periodistas temen ante todo a los grupos armados, que los toman como blancos sin que las autoridades encuentren una forma de terminar con esa macabra letanía. Desde el comienzo del conflicto en marzo de 2003 han asesinado a más de 200 profesionales de los medios de comunicación.
En cambio, como ya anunciaba el año pasado, Nepal ha experimentado una auténtica remontada en la clasificación, ganando más de veinte puestos. El final del conflicto, y la vuelta de un gobierno democrático, han supuesto un renuevo inmediato de las libertades fundamentales, y han abierto nuevos espacios para los medios de comunicación.
Para establecer esta clasificación, Reporteros sin Fronteras ha pedido que respondan a un cuestionario de 50 preguntas, que permiten evaluar la situación de la libertad de prensa en un país, a sus organizaciones colaboradoras (15 asociaciones de defensa de la libertad de expresión, dispersas en los cinco continentes), su red de 130 corresponsales, periodistas, investigadores, juristas o militantes de los derechos humanos. En ella aparecen 169 naciones; las demás están ausentes por falta de información.