Reporteros sin Fronteras reitera su demanda de liberación de los veinticuatro periodistas cubanos encarcelados y, de inmediato, la suspensión de la condena para algunos de ellos, gravemente enfermos. La situación de los derechos humanos en la isla no ha experimentado ningún progreso desde la llegada al poder de Raúl Castro.
Cuando, el 20 de enero de 2008, la población se dispone a designar, a falta de poder elegir, a sus representantes en la Asamblea Nacional y en las asambleas provinciales, Reporteros sin Fronteras reitera su petición de que pongan en libertad a los veinticuatro periodistas cubanos encarcelados. En el transcurso de una conferencia de prensa, celebrada el 16 de enero de 2008 en Madrid, la organización ha recordado la situación particularmente alarmante de algunos de los periodistas, que llevan encarcelados desde la “primavera negra” del 18 de marzo de 2003. Víctima de aquella oleada represiva y hoy exiliado en España, Raúl Rivero, fundador de la agencia Cuba Press, se ha hecho eco de la suerte de cuatro de ellos, gravemente enfermos: Normando Hernández González, director del Colegio de Periodistas Independientes de Camagüey (CPIC), José Luis García Paneque, director de la agencia Libertad, Adolfo Fernández Sainz e Iván Hernández Carrillo, de la agencia Patria.
“El estado de salud de estos cuatro periodistas y, más allá, de todos los representantes de la prensa disidente encarcelados en Cuba, justifica al menos que se les conceda una licencia extra penal; es decir, la suspensión de la condena por razones humanitarias. Aceptando esta petición, las autoridades de La Habana harían un mínimo gesto a favor de los derechos humanos, cuya situación no ha progresado en la isla desde que se produjo la transición en la jefatura del Estado, en julio de 2006. A este respecto, no cabe hacerse ilusiones en relación con las elecciones del próximo 20 de enero. El pluralismo político no figura en el orden del día y los cubanos solo pueden “elegir” a los 614 representantes, ya designados, del Partido Comunista Cubano, el único autorizado”, ha declarado la organización.
El 16 de enero, en el transcurso de la conferencia de prensa madrileña, Raul Rivero subrayó los malos tratos, las medidas punitivas y la falta de cuidados que conforman la cotidianeidad de los presos cubanos. Entre otras cosas, el fundador de Cuba Press insistió en la sangrante degradación del estado de salud de José Luis García Paneque detenido como él en la “primavera negra” de marzo de 2003 y condenado a una pena de veinticuatro años de reclusión, que continúa encarcelado en Las Tunas (Este). El director de la pequeña agencia de prensa Libertad padece un síndrome de mala absorción intestinal. En la celda no le facilitan ni comida, ni cuidados adecuados.
En cuanto a Iván Hernández Carrillo, privado de todo contacto con su familia y que hizo varias huelgas de hambre a lo largo de 2007, se encuentra considerablemente debilitado. Su colega de la agencia Patria, Adolfo Fernández Sainz, y también Normando Hernández González, del CPIC, que tienen graves problemas digestivos y respiratorios, no han conseguido que las autoridades modifiquen en nada sus condenas. Adolfo Fernández Sainz fue condenado, en el juicio de la “primavera negra”, a una pena de quince años de cárcel. Detenidos en el mismo momento, los otros dos periodistas cumplen ambos condenas de veinticinco años de reclusión. Las autoridades cubanas no han contestado nunca a la propuesta de Costa Rica de ofrecer asilo humanitario a Normando Hernández González.
Los veinte periodistas que continúan detenidos desde 2003, entre los que se encuentra el corresponsal de Reporteros sin Fronteras y fundador de la revista De Cuba, Ricardo González Alfonso, cumplen condenas de entre catorce y veintisiete años de cárcel, con el absurdo pretexto de que son “mercenarios a sueldo de Estados Unidos”.
Desde la llegada de Raúl Castro al frente del Consejo de Estado, la instancia ejecutiva del país, tres periodistas disidentes han sido condenados a penas de tres o cuatro años de cárcel, por “peligrosidad social pre delictiva”. Internado desde el 13 de abril de 2007 en la cárcel de Combinado del Sur (provincia de La Habana), Oscar Sánchez Madán, corresponsal habitual del sitio Cubanet - con sede en Miami - se declaró en huelga de hambre el 9 de enero de 2008.
Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN, ilegal aunque tolerada), las cárceles cubanas albergan a 234 presos de opinión.