El Tibet sigue cerrado a la prensa extranjera a pesar de la notable apertura de Sichuan
Organización:
Reporteros sin Fronteras pide a las autoridades chinas que apliquen en Tibet la política de transparencia que actualmente disfruta la prensa extranjera en las zonas afectadas por el terrible terremoto del 12 de mayo de 2008. Las fuerzas de seguridad continúan impidiendo que los periodistas extranjeros acudan a las regiones tibetanas.
“Los esfuerzos llevados a cabo por el gobierno en favor de la libertad de los medios de comunicación extranjeros en Sichuan son notables, y carecen de precedente. Deben ampliarse a las regiones tibetanas donde, desde el 14 de marzo, fecha de las revueltas de Lhasa, se impide ir libremente a la prensa internacional. Visiblemente, el gobierno intenta impedir que los medios extranjeros puedan confirmar las pocas informaciones que se filtran sobre las detenciones de tibetanos, y las campañas de reeducación, llevadas a cabo por las autoridades desde el pasado marzo”, ha manifestado Reporteros sin Fronteras.
La organización ha recogido testimonios recientes de periodistas extranjeros, debidamente acreditados, a quienes se ha expulsado cuando intentaban entrar en zonas tibetanas. “Desde Chengdu, tomé una de las carreteras que va hacia la meseta tibetana. En un control, los policías me pidieron que dieran media vuelta”, ha explicado un reportero europeo que no quiere que se publique su nombre.
La represión en Tibet sigue efectuándose a puerta cerrada. Las escasas informaciones que se poseen son las difundidas por medios en tibetano con sede en el extranjero, o por organizaciones pro tibetanas. Así, Radio Free Asia aseguró el 28 de mayo que el tibetano Nyima Drakpa fue detenido a mediados de abril en la provincia de Sichuan, por dar información a algunos periodistas que se encuentran fuera de China.
Por otra parte, Reporteros sin Fronteras denuncia el acoso que están sufriendo los chinos que se pronuncian en favor de los tibetanos. Tras las sanciones, a primero de mayo, al editorialista Chang Ping, a dos abogados, Teng Biao y Jiang Tianyong, acaban de negarles la renovación de sus licencias profesionales por firmar en abril una carta abierta, en la que se pedía que los tibetanos detenidos pudieran tener la asistencia jurídica prevista en la ley china.
Igualmente, la blogger e intelectual tibetana Tsering Woeser está recibiendo amenazas y sufriendo piratería informática, a causa de los artículos que ha escrito sobre la situación en Tibet. El 27 de mayo piratearon su blog y su cuenta Skype (telefonía vía Internet). “Han cambiado mi contraseña y ya no puedo conectarme a mi cuenta. Por lo que yo sé, el hacker está en relación con algunos de mis contactos, lo que les sitúa en una posición tan peligrosa como la mía”, ha confiado a Reporteros sin Fronteras.
A Tsering Woeser, que vive en Pekín, las autoridades la pusieron en arresto domiciliario, y después la impidieron salir del país y censuraron sus escritos. Su marido, el escritor Wang Lixiong, también está siendo presionado por las autoridades.
“Por lo que se refiere al terrible balance del terremoto del 12 de mayo, que ha causado cerca de 70.000 muertos y 18.000 desaparecidos, el Departamento de Propaganda tiene que dejar de dictar a las redacciones chinas la actitud que deben adoptar. Entre otras cosas, los periodistas chinos tienen que poder hablar, con tanta libertad como sus colegas extranjeros, de la rabia de los padres de los miles de niños muertos en escuelas vetustas”, ha añadido la organización.
En los días siguientes al desastre, algunos reporteros contaron en el Club de Corresponsales de la Prensa Extranjera los altercados que habían tenido con las fuerzas del orden.
El periodista finlandés Sami Silanpaa, corresponsal del diario Helsingin Sanomat, indicó que a seis periodistas extranjeros se les impidió acceder a la ciudad de Beichuan, cercana al epicentro, dos días después de la catástrofe. En el mismo tiempo, unos periodistas chinos que viajaban en un minibús entraron en la zona cerrada por las autoridades. En los días siguientes al seísmo, al periodista finlandés le bloquearon en cinco presas, entre otras en las entradas de Dujiangyan y Mianyang. Unos policías detuvieron a la periodista Katri Makkonen, del canal finlandés YLE, cuando intentaba llegar a Beichuan. Después, la periodista se mostró agradablemente sorprendida por la favorable acogida que encontró en otros puntos de control.
A mediados de mayo, al equipo de Jonathan Watts, corresponsal de The Guardian, que estaba en la región de Pingwu, le impidieron varias veces hacer su trabajo. Cuando los periodistas británicos cubrían en Niufei la salida de los soldados hacia una escuela sepultada bajo los escombros, les confiscaron las grabaciones. La policía bloqueó a Jonathan Watts en la entrada de un campo de refugiados en Mianyang, mientras a los periodistas locales les autorizaban a entrar. Por otra parte, el 15 de mayo permanecieron detenidos un breve espacio de tiempo en Loushui un reportero y un fotógrafo de Associated Press, que habían presenciado como unos soldados cavaban una fosa común. La intervención de unos oficiales permitió que les dejaran en libertad.
Tras esos incidentes, los cientos de periodistas presentes sobre el terreno han disfrutado de amplia libertad.
En cambio, los medios chinos no son libres de cubrir los movimientos de protesta de los padres de niños muertos en establecimientos escolares. El Departamento de Propaganda sigue incitando a los medios a centrarse en los esfuerzos y el heroísmo de los socorristas chinos, y sobre todo los soldados. El jefe de propaganda, Li Changchun, declaró el 17 de mayo que la “línea del frente ideológico de la propaganda debe, ampliamente y en los menores detalles, hacer públicas las decisiones del Comité Central del Partido y del gobierno”, para gestionar las consecuencias del terremoto.
En un primer momento, el Departamento de Publicidad (antiguo Departamento de Propaganda) llegó incluso a prohibir que los medios nacionales enviaran reporteros a Sichuan, pero algunos periódicos decidieron saltarse la orden, llegada de Pekín.
La prensa liberal, sobre todo la revista económica Caijin, ha dado ejemplo tratando esos temas sensibles, a pesar de las prohibiciones. Algunos medios gubernamentales, y entre ellos la agencia Xinhua y el canal local Sichuan TV, han hecho reportajes que rompían con la propaganda del canal nacional CCTV.
Finalmente, en Internet se han publicado, sin censura previa, numerosos testimonios y fotos de internautas de Sichuan. En algunos foros de discusión han aparecido comentarios que cuestionan la corrupción y la ineficacia de algunos responsables políticos locales. En cambio, una búsqueda con las palabras clave “Sichuan” y “escuela”, en el buscador Baidu, no da como resultado ningún artículo sobre las protestas de los padres de las víctimas que, sin embargo, han sido ampliamente comentadas en los medios extranjeros.
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20.01.2016