Detenido un periodista argentino
Organización:
Reporteros Sin Fronteras ha manifestado su protesta por el arresto, y la detención secreta, del periodista argentino Fernando Ruiz Parra quien, provisto de un visado de turista, viajó a Cuba el 3 de febrero, para investigar sobre el significativo aumento del número de periodistas independientes en la isla.
"En realidad, esta política de los visados sirve para controlar la información y la imagen del país", denunció Robert Ménard, secretario general de Reporteros Sin Fronteras, en una carta dirigida al Ministro del Interior, general Abelardo Colomé Ibarra. "Constituye una traba a la libertad de "buscar, recibir y difundir informaciones, sin consideraciones de fronteras", garantizada por el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos". La organización se ha quejado a las autoridades por las restricciones impuestas en la concesión de visados a los periodistas extranjeros, lo que les obliga a trabajar en la ilegalidad. Por otra parte, ha pedido que al periodista le sea devuelto su material.
Según las autoridades cubanas, al periodista le detuvieron porque estaba violando el código migratorio. En efecto, la ley cubana exige unos visados especiales para poder trabajar como periodistas en la isla. Además, en Cuba, la ley 88, aprobada en marzo de 1999, establece hasta ocho años de cárcel para cualquier persona que colabore con los medios de comunicación extranjeros.
Desde que Fernando Ruiz Parra, periodista y profesor en la Universidad Austral de Buenos Aires, viajó a la ciudad de Matanzas para entrevistar a un periodista, ni sus contactos en la isla, ni los miembros de su familia, volvieron a tener noticias suyas. Finalmente, fue la agencia de alquiler de coches a la que se dirigió, la que avisó a su familia en Argentina de que el periodista se encontraba detenido por la policía, en un barrio de La Habana. Después de pasar tres días detenido, quedó en libertad el 13 de febrero, gracias a la intervención de su embajada. Precisó que la policía cubana le había confiscado todo su material, y también las notas y la agenda. Después, le pusieron en un avión con destino a su país.
En octubre de 2002, Catherine David, del semanario francés Le Nouvel Observateur, que visitaba Cuba para investigar sobre la situación de los derechos humanos y de la disidencia, fue retenida en el aeropuerto internacional de La Habana, cuando intentaba pasar la aduana, junto con un amigo escultor y fotógrafo. Copiaron en disquetes todos los ficheros informáticos del ordenador de la periodista. Confiscaron todos sus cassettes de audio, que contenían entrevistas con disidentes, así como sus archivos. Se incautaron de la totalidad de sus carretes de fotos, y de varios libros e informes sobre la situación de los derechos humanos en la isla. Los agentes de aduanas también copiaron íntegramente la agenda de direcciones de Catherine David. Finalmente, la pareja pudo abandonar Cuba en el siguiente vuelo. Hasta el momento, no han dado ningún resultado las sucesivas demandas de devolución del material, enviadas por la periodista al servicio de aduanas.
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20.01.2016