En vísperas de la presidencia italiana de la Unión Europea, que comienza en el próximo julio, Reporteros sin Fronteras publica un informe sobre las consecuencias que tiene, para la libertad de los medios de comunicación, el conflicto de intereses de Silvio Berlusconi, a la vez Presidente del Consejo y propietario de un imperio mediático.
En Italia, muchos observadores se alarman ante la colusión entre el poder políticos y los medios de comunicación. Silvio Berlusconi, a la cabeza de un gran grupo de prensa y de tres canales privados del grupo Mediaset, es propietario de un auténtico imperio mediático y, en tanto que presidente del Consejo, posee igualmente una importante capacidad de influencia en la televisión pública RAI.
¿Qué riesgos corre el pluralismo informativo con una acumulación así, única en Europa? La libertad de los medios de comunicación en Italia ¿está realmente en peligro? Reporteros sin Fronteras lo investigó, en Milán y Roma, del 17 al 24 de marzo de 2003, con periodistas, directores de los principales diarios y responsables de diferentes televisiones.
En un informe titulado "Conflicto de intereses en los medios de comunicación: la anomalía italiana" (disponible en fbpqwhtvgo.oedi.net), la organización aclara las consecuencias reales, en la vida de los medios, del conflicto entre los intereses privados y las funciones gubernamentales de Silvio Berlusconi.
Si la prensa escrita parece menos expuesta a los efectos de la "doble visera" de Silvio Berlusconi, la independencia de la televisión se encuentra, en cambio, en el centro del problema. Reporteros sin Fronteras detalla las consecuencias directas sobre la autonomía de la RAI, con el despido de periodistas fustigados públicamente por Silvio Berlusconi, y sus repetidas intervenciones en la gestión de la RAI. Flagrantes delitos de injerencia que han socavado gravemente al servicio público: debilitada ya por una crisis institucional e identitaria sin precedente, la RAI marca el paso ante su competidor Mediaset.
El debate está ahora causando estragos en el Parlamento, que tiene que legislar sobre las propuestas del gobierno Berlusconi acerca del conflicto de intereses, y la reforma del sistema audiovisual. Pero no parece que ninguna de ellas vaya a remediar esta anomalía italiana.
Como conclusión de su informe, Reporteros sin Fronteras formula cuatro recomendaciones reclamando:
- al Parlamento, que considere prioritaria la búsqueda de una solución eficaz y apropiada al conflicto de intereses del presidente del Consejo, en el terreno de los medios de comunicación,
- a Silvio Berlusconi, que se abstenga de cualquier injerencia en la gestión de la RAI,
- a la dirección de la RAI, que vuelva a contratar, sin pérdida de tiempo, a los periodistas despedidos,
- a la Comisión Europea, que examine el caso italiano en el marco del Libro Verde sobre la concentración de los medios de comunicación.
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