Condenado a dos años de cárcel el fotógrafo surcoreano Jae-Hyun Seok
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El 22 de mayo de 2003, y después de cuatro meses de detención, el tribunal de Yantai (provincia de Shandong, frente a la península coreana) ha condenado a dos años de cárcel al fotógrafo free-lance surcoreano Jae-Hyun Seok, por "tráfico de seres humanos". Las autoridades chinas le acusan de haber cubierto una operación de filtración de refugiados norcoreanos hacia Corea del Sur y Japón, un tema particularmente delicado después del acuerdo firmado entre Pyongyang y Pekín, por el que China se compromete a devolver a los norcoreanos a su país.
Reporteros sin Fronteras protesta por esta condena, basada en una inculpación abusiva, que intenta impedir la cobertura de temas de interés nacional. La organización ha pedido al Ministro de Asuntos Exteriores, Li Zhaoxing, la liberación inmediata y sin condiciones del fotógrafo, así como la retirada de los cargos que pesan contra él.
El 22 de mayo de 2003, Jae-Hyun Seok, colaborador del diario norteamericano The New York Times y de la revista surcoreana Geo, fue condenado a dos años de cárcel incondicional, y a una multa de 5.000 yuans (625 dólares), por "tráfico ilegal de seres humanos". Al final de la condena le expulsarán de China. Jae-Hyun Seok dispone de diez días para apelar la sentencia. Se desconocen las condiciones en que se encuentra detenido. Sólo su abogado y el cónsul surcoreano han podido visitarle, desde que se produjo su encarcelamiento. En cambio, su mujer, sus familiares y sus colegas no le han visto desde que fue detenido.
Jae-Hyun Soek fue detenido el 18 de enero de 2003, mientras cubría una operación de ayuda a unos refugiados norcoreanos, que intentaban llegar en barco a Corea del Sur y Japón. La policía china les tendió una trampa, dándoles a entender que les ayudaría a salir de China. En el momento en que se disponían a embarcar, las fuerzas de seguridad les interceptaron y les llevaron a centros de detención especiales, para expulsarles a Corea del Norte. Jae-Hyun Soek fue aprehendido en esa razzia.
Durante cerca de dos meses el fotógrafo estuvo detenido, sin inculpación, en la casa de detención de Yantai. Finalmente, el 4 de marzo fue acusado de haber querido aprovecharse de la inmigración de esos refugiados norcoreanos, e inculpado por tráfico de seres humanos. El gobierno surcoreano rechazó la acusación y, el mismo día, pidió a las autoridades chinas la liberación del fotógrafo, sin obtener respuesta.
El gobierno chino reprime severamente cualquier ayuda extranjera que se preste a los norcoreanos que intentan escapar de su país. Los periodistas que intentan cubrir este tema tan delicado son, en general, interrogados, detenidos durante algún tiempo, y enviados a sus casas.
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20.01.2016