Con 24 horas de intervalo secuestran al director del diario El Periódico y agreden a uno de sus periodistas

Reporteros sin Fronteras mafiesta todo su apoyo al diario El Periódico, con sede en la capital, tras los ataques sufridos, con veinticuatro horas de intervalo, por dos de sus representantes. Al director del periódico, José Rubén Zamora, secuestrado en la mañana del 20 de agosto de 2008, le obligaron a tomar barbitúricos antes de ponerle en libertad. Al día siguiente unos desconocidos siguieron y amenazaron a Oscar Ismatul, periodista de investigación de la redacción, conminándole a “callarse”. “A pesar del aspecto crapuloso, ya que a las víctimas les robaron, los ataques parecen tener sobre todo intención de reducir al silencio a la redacción de El Periódico. En lo que concierne a Oscar Ismatul, autor de recientes artículos sobre casos de corrupción, la advertencia es clara y neta. Pedimos que se ponga protección a la redacción de El Periódico. Esperamos que la investigación identifique rápidamente a los autores de esa violencia”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. Fue cuando se marchaba de la sede de El Periódico, en las primeras horas de la tarde del 21 de agosto, cuando a Oscar Ismatul le persiguieron cuatro hombres que iban en un coche blanco. Al darse cuenta de que le seguían, el periodista subió a un autobus. Cuando bajó, el chofer del coche blanco le cortó el paso mientras los otros tres, apostados en la esquina de una calle, le tendieron una emboscada. Tratado brutalmente mientras le amenazaban con sus armas, al periodista le ordenaron que “se callara” o sufriría graves consecuencias. Los agresores le robaron sus notas y algunos documentos, y después le obligaron a marcharse en dirección contraria. Oscar Ismatul investigó reciéntemente, desde el grupo de investigación del periódico, algunos casos de corrupción enlos que, según algunos, acusaba a algunas autoridades. Veinticuatro horas antes, el director de El Periódico, José Rubén Zamora, fue secuestrados por unos desconocidos, que le robaron el teléfono móvil y las tarjetas de crédito. Le dejaron en libertad al cabo de ocho horas, prácticamente inanimado. Un análisis de sangre ha puesto de manifiesto que le habían obligado a ingerir barbitúricos.