Clima de terror y escalada de ataques contra periodistas en México: RSF pide investigaciones exhaustivas
El periodista Alan Castro Abarca, administrador de dos páginas de información local en el Estado de Guerrero, se encuentra en estado grave tras ser atacado por pistoleros en Acapulco, el pasado 3 de julio. En la misma semana, Carlos Jiménez, presentador de Canal 6, ha recibido un vídeo en el que unos hombres armados y con pasamontañas amenazaban con matarle.
El clima de inseguridad que sufren los periodistas en México está alcanzando un nivel extremadamente alarmante. Dos episodios aterradores ocurridos esta semana ilustran el ambiente de terror en el que opera la prensa en el país. El 4 de julio, Carlos Jiménez, presentador de Canal 6, recibió un vídeo en el que hombres armados y con pasamontañas le amenazaban de muerte y mostraban una caja de cartón destinada a enviar su restos mortales a su familia. El periodista presenta el programa "C4 En Alerta", que cubre la seguridad en Ciudad de México.
Alan Castro Abarca fue atacado en la noche del 3 de julio cuando conducía su vehículo en la colonia Morelos, en Acapulco, en el suroeste de México. Los asaltantes realizaron seis disparos que le alcanzaron en la nuca y en la mano. Hospitalizado con protección policial, se encuentra estable dentro de la gravedad.
Siguiendo la estela de su padre, también reportero, Alan Castro Abarca, de 38 años, ejerce el periodismo desde hace diez. Gestiona dos páginas de Facebook que cubren la actualidad de las autoridades locales, Contactotv Guerrero y La Última Línea Noticias, cada una con más de 10 000 seguidores.
Aunque la policía está investigando si se trata de un caso de delincuencia común, el modus operandi recuerda al de los ataques que se han cometido recientemente en la región. Alan Castro Abarca es el cuarto profesional de la información víctima de una balacera en el Estado de Guerrero desde el mes de mayo, tres de los cuales han sido atacados en Acapulco.
“El uso del terror para coartar el trabajo periodístico es inaceptable. Alan Castro Abarca estuvo a punto de ser asesinado, y hasta la fecha, sus agresores siguen en libertad. En este caso, como en el del vídeo que amenaza de muerte a Carlos Jiménez, las investigaciones deben considerar seriamente la posibilidad de que se trate de ataques ligados al trabajo periodístico de las víctimas, y localizar a los agresores lo antes posible. El recrudecimiento de la violencia armada contra los periodistas en Acapulco -tres atentados en sólo tres meses- debe sensibilizar también a las autoridades mexicanas y a las del Estado de Guerrero sobre la necesidad urgente de poner en marcha medidas de protección que garanticen la seguridad de los profesionales de la información.”
El 11 de mayo, Gerardo Torres Rentería, uno de los fundadores de la delegación local de TV Azteca, que trabajaba como cámara para los canales Televisa y Telemundo, fue asesinado en su domicilio. El presentador de radio Pablo Salgado, que se había visto obligado a mudarse tras recibir repetidas amenazas por parte del crimen organizado, fue abatido a tiros cuando se hallaba al volante de su coche el 2 de junio en Iguala, al norte del Estado. Unos días más tarde, José Carlos González Herrera, fundador de la página de noticias Opinión Ciudadana, fue perseguido en su coche y tiroteado en el centro de Acapulco. Como en el caso de Alan Castro Abarca, no se ha identificado a ningún autor de estos ataques.
Aunque todavía no se ha establecido ningún vínculo formal con la actividad profesional de las víctimas, estos crímenes sin resolver no hacen más que reforzar el clima de inseguridad al que se enfrentan los periodistas en el Estado de Guerrero, donde cuatro profesionales de los medios han sido asesinados en los últimos tres años.
Desde el año 2000, cerca de 150 periodistas han sido asesinados en México, que ocupa el puesto 128 de los 180 países analizados en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF 2023.