Censura "vergonzosa" del premio Nobel de Liu Xiaobo
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Las autoridades de Pekín han desplegado amplios medios técnicos y humanos para impedir que los chinos se enteren de la atribución del premio Nobel de la paz al intelectual Liu Xiaobo. Esta noticia histórica para China ha sido mantenida en silencio por las cadenas de televisión, radios, periódicos y páginas Web. El Departamento de Propaganda dirigió una consigna a todos los medios de comunicación chinos para que se censurase la decisión del Comité Nobel.
Tal frenesí de propaganda confirma la importancia de la lucha pacífica de Liu Xiaobo para la libertad de expresión en China. Las autoridades, desbordadas por la esperanza suscitada por la nobelización de Liu Xiaobo, recurren al viejo truco del blackout. Se trata de un insulto a la universalidad del premio Nobel de la paz.
En ninguno de los grandes portales de información, en particular Sina o Sohu, se dan noticias acerca de Liu Xiaobo. En el motor de búsqueda Baidu, algunos resultados hacen eco a la atribución del premio Nobel de la paz, pero las páginas de los medios de comunicación quedan bloqueadas la mayor parte de las veces. La cadena oficial CCTV permanece muda en relación con Liu Xiaobo y abrió anoche su programa de noticias con unas lluvias torrenciales en la isla de Hainan.
Las televisiones extranjeras emitidas por satélite, en particular CNN, quedan bloqueadas en cuanto tratan el tema. Decenas de corresponsales extranjeros en Pekín fueron apartados por la policía delante del domicilio de Liu Xiaobo en Pekín.
Resulta imposible enviar SMS que lleven los caracteres Liu Xiaobo o bien premio Nobel. El servicio de micro-blogging Weibo también se ha censurado. En cambio, en Twitter, bloqueado en China, miles de mensajes entusiastas han sido publicados en cuanto se hicieron públicos los resultados. Los internautas sugieren comer salmón en señal de agradecimiento con Noruega, o bien colgar banderolas en la parte trasera de los coches y celebrar el acontecimiento. También en Twitter, algunos periodistas dicen llorar de alegría, mientras que el artista Ai Weiwei, que se encuentra actualmente en Londres, afirma que se trata del día más feliz para China en sesenta años.
La esposa del galardonado, Liu Xia, cumple un arresto domiciliario en Pekín. Los agentes de policía presentes en su casa le prohíben aceptar cualquier entrevista, pero ha podido expresar su alegría en la red Twitter. Ha comentado que los agentes tienen planeado llevarla a la cárcel de la provincia de Liaoning donde se detiene a Liu Xiaobo. Liu Xia desea viajar a Noruega para recoger el premio destinado a su marido. También ha declarado que este premio es un homenaje que Liu Xiaobo comparte con Hu Jia, también detenido y nominado para el premio Nobel de la paz.
Por otra parte, veinte militantes pro derechos humanos fueron interpelados el viernes cerca del parque de Ditan por unos agentes de policía. Estaban celebrando públicamente la noticia del premio Nobel de la paz. Unos estudiantes se reunieron en la plaza Tiananemen, alzando banderas chinas. Algunos de ellos podrían haber sido detenidos.
El ministerio chino de Asuntos Exteriores ha declarado que “Liu Xiaobo es un criminal condenado por el sistema judicial chino por infringir las leyes chinas”.
Han llegado mensajes de enhorabuena de todas partes del mundo. En Hong-Kong y en Taiwán han tenido lugar unas manifestaciones en la calle en honor a Liu Xiaobo. El presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou ha felicitado a Liu Xiaobo por su premio Nobel que considera “histórico”. El Dalai Lama también le ha dado la enhorabuena y pide que se le libere de inmediato.
Bernard Kouchner recuerda que “Francia, al igual que la Unión Europea, expresó su preocupación en cuanto se le arrestó, y pidió su liberación en varias ocasiones”. La Alta Comisaria de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, ha mostrado su entusiasmo por el “reconocimiento” de un “defensor de los derechos humanos”. El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, desea que se le libere pronto para que pueda recibir en persona su premio. El primer ministro japonés, Naoto Kan, considera que la atribución del premio a Liu Xiaobo es un mensaje dirigido a Pekín acerca de los derechos humanos.
Finalmente, el ex presidente checo, Vaclav Havel, uno de los colaboradores en la atribución del premio a Liu Xiaobo, declara que es “exactamente ese ciudadano comprometido al que tal recompensa pertenece de derecho”. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el anterior galardonado con el premio Nobel de la paz, muestra también su respeto por la noticia y ruega a Pekín que lo libere.
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20.01.2016