Bachar el-Assad presente al lado de Nicolas Sarkozy en la tribuna oficial: “Un 14 de julio sombrío para la libertad de prensa”, según Reporteros sin Fronteras.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha invitado al conjunto de Jefes de Estado extranjeros presentes en la cumbre de puesta en marcha de la Unión para el Mediterráneo (UPM) a asistir a las ceremonias de celebración de la fiesta nacional francesa. Entre ellos se encuentran los presidentes sirio y tunecino, Bachar el-Assad y Zine el-Abidine Ben Alí, dos predadores de la libertad de prensa, que se sentaran junto a Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, invitado de honor del desfile del 14 de julio de 2008 en París. Con este motivo, una veintena de militantes de Reporteros sin Fronteras se han manifestado en los Campos Elíseos para hacer patente su desaprobación, antes del comienzo del desfile militar, distribuyendo octavillas a los viandantes para sensibilizarles acerca de la situación de la libertad de prensa en ambos países. Los manifestantes intentaron también mostrar fotos de periodistas encarcelados en Siria, Túnez, Egipto y Marruecos. “La participación del presidente sirio en las festividades del 14 de julio no deja de ser chocante. Nicolas Sarkozy va de renuncio en renuncio. Tras recibir con los brazos abiertos, el pasado 10 de diciembre coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos, al presidente libio Muamar El Gadfi, y haber elogiado los méritos del régimen tunecino, se dispone a conmemorar el 14 de julio, fiesta de la independencia y la libertad, junto a los dirigentes de dos Estados que se encuentran entre los más represivos del mundo. ¿Hasta donde está dispuesto a llegar para conseguir su proyecto de Unión mediterránea? ¿Qué más concesiones va a hacer al Jefe del Estado libio para que acepte apoyar el proyecto?”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. “Mientras fue candidato, Nicolas Sarkozy situó la cuestión de los derechos humanos en el centro de su programa. Declaró que, con él, las conversaciones serían más firmes, sobre todo las relativas a Rusia y China. Ahora estamos lejos, muy lejos, de esos compromisos. El presidente francés, como otros antes que él, lleva a cabo una realpolitik, basada en intereses económicos, que se hace en detrimento de la defensa de los valores que se supone que Francia tendría que encarnar”, ha añadido la organización de defensa de la libertad de prensa. En Siria, el partido Baas, dirigido por Bachar el-Assad, reprime escrupulosamente cualquier veleidad de crítica, utilizando para ello las leyes excepcionales previstas para el Estado de urgencia, instaurado en 1963. En cuanto a la prensa nacional, tiene como único objetivo “defender los intereses de la Nación”. En Siria están encarcelados cuatro periodistas y escritores, por denunciar las exacciones del poder. Entre ellos, Michel Kilo, de 67 años, lleva internado en la cárcel de Adra (Damasco) desde mayo de 2006, tras ser condenado a tres años de cárcel por “debilitar el sentimiento nacional”. Había hecho un llamamiento a la normalización de relaciones entre Siria y Líbano. Otros firmantes de la declaración “Damasco-Beirut, Beirut-Damasco” están condenados a penas graves de cárcel, como el abogado Anouar Al-Bounni. En diciembre de 2007 una oleada de detenciones afectó a doce militantes demócratas, miembros del comité de la Declaración de Damasco; entre ellos están los periodistas Akram Al-Bounni, Alí Abdallah y Fayez Sara. Acusados de “atentado al prestigio del Estado” y “publicación de informaciones falsas susceptibles de debilitar la moral de la nación”, por pedir reformas democráticas, podrían pasar muchos años detenidos. Las publicaciones en Internet tampoco escapan a la implacable censura del régimen sirio. En el país hay cinco ciberdisidentes encarcelados, y entre ellos el escritor y poeta Firas Saad, condenado en abril de 2008 a cuatro años de cárcel por denunciar el “derrotismo” del régimen sirio, en un artículo publicado en la Red. El presidente Zine el-Abidine Ben Alí finalmente no estuvo presente en la tribuna oficial. En veinte años de poder autoritario, el Jefe del Estado tunecino ha puesto bajo tutela a todos los contrapoderes, empezando por la prensa y la justicia. El presidente Ben Alí no cesa de silenciar las voces disidentes. Entre seducción, intimidación y represión, el Estado y las personas cercanas a Ben Alí han acaparado los principales medios de información. En Túnez faltan cruelmente publicaciones independientes. El semanario Kalima, creado en 1999, nunca ha conseguido la licencia. A su página de Internet no se puede acceder desde Túnez. Por otra parte, el periodista Slim Boukhdir lleva más de siete meses en la cárcel, en condiciones degradantes. Al margen de su visita de Estado a Túnez, en abril de 2008, Nicolas Sarkozy, negándose a “dar lecciones a nadie”, llegó incluso a felicitar al presidente Zine el-Abidine Ben Alí por los progresos efectuados por el país en el terreno de las libertades. El presidente Nicolas Sarkozy también ha invitado a la tribuna oficial del desfile del 14 de julio de 2008 al presidente egipcio Hosni Mubarak, el presidente argelino Abdelaziz Buteflika, el rey de Marruecos Mohammed VI, el presidente libio Muamar El Gadafi y el rey de Jordania Abdallah II, así como a los primeros ministros israelí y palestino, Ehud Olmert y Mahmud Abbas. En el conjunto de esos países Reporteros sin Fronteras tiene censados numerosos casos de violaciones de la libertad de prensa. En Egipto, Jordania y también Marruecos hay periodistas y ciberdisidentes encarcelados, por publicar informaciones que no han gustado al poder. Por otra parte, la organización milita para que sean llevados ante la justicia los responsables de la muerte del periodista palestino Fadel Shanaa. Al camarógrafo de la agencia británica de prensa Reuters le mató un disparo de mortero israelí en la franja de Gaza, en abril de 2008. Para más información sobre la situación de la libertad de prensa en los países del Maghreb y Oriente Medio consultar el Informe Anual 2008 de Reporteros sin Fronteras.